Archivo mensual: septiembre 2010

Romeo y Julieta

Romeo y Julieta, esa inmortal obra de William Shakespeare que las mujeres románticas aman relata, a grosso modo, la historia de dos amantes que no deben amarse porque pertenecen a familias diferentes, a dos mundos diferentes y enemigos entre sí.

Eso mismo es lo que me pasa con Julieta! una mina que no se puede enamorar de mí porque somos de mundos diferentes. Ella es la Camarera y yo soy el Cliente.

Ella y yo nos conocimos una tarde en la que ella estaba recibiendo pedidos en un Restaurante que frecuento algunos martes y jueves.

Hola – le dije a la camarera esa primera vez.

Hola – me respondió el saludo.

Bueno, puede parecer que no pasó nada esa primera vez que le dije ese «Hola» que puede parecer frío en la pantalla de tu PC pero que si se hubiera visto en ese momento habría sido increíble.

Ella luego se me acerca a mi mesa a tomarme el pedido, y entre risas me cuenta varias cosas de su vida como su nombre, que estudia y trabaja, y que a veces me había visto sentado en la misma mesa.

Bueno, yo sentí que cada vez que ella pasaba y recojía pedidos en las otras mesas me miraba y yo le devolvía la mirada. En un momento le guiñé el ojo 😉 y ella me sonrió.

Cuando terminé de comer, Julieta! me preguntó qué era lo que yo iba a hacer después y hablamos de pasatiempos y de todo lo que se puede hacer en Bogotá.

Hice una locura sabiendo que a las camareras/meseras de establecimientos no las dejan salir con clientes: rasgué un pedacito de papel de un libro que estaba leyendo , anoté mi número y se lo dí.

Pasaron unas semanas. Ella nunca me llamó y yo por cuestiones de tiempo dejé de volver a ese restaurante (no digo el nombre porque es muy conocido en Colombia, pero ustedes saben que me gusta que conozcan mi ciudad).

Un día volví y mientras estaba sentado en mi mesa leyendo mi libro y tomando una bebida, ella se me acerca derrepente asustándome. No me acuerdo literalmente de sus palabras pero sé que ella me recriminó el que no haya vuelto allá y se empieza a excusar (sin que yo se lo hubiera pedido) de que no me había llamado diciendo que dizque había perdido el papelito de mi celular y bla bla bla.

Cállate, no es necesario que me des excusas – la interrumpí – Céntame cómo te ha ido hoy.

Pero es que… -No sabía qué decir.

No me gustan las excusas, mejor cuéntame cómo te ha ido.

Te cuento que….- empezó a hablar.

Luego de un rato, Julieta me vuelve a pedir mi número.

No te lo voy a volver a dar- me negué.

Te juro que cuando tenga tiempo te voy a llamar, tú sabes que salgo muy tarde y …

Si encuentras otro papelito tal vez te lo vuelva a dar- le lancé un ultimatum, me dejé convencer y le dí mi número en una hojita de cuaderno del Jefe. Yo me había dicho a mí mismo que no volvería a dejarme convencer por caras bonitas ni ojitos, pero rompí mi regla.

No me llamó nunca.

Hoy yo iba llegando a lo de mi Papá cuando soy abordado por una chica que iba vestida muy diferente a una Camarera. Era muy atractiva, con lindas piernas, un derrière de campeonato y un escote discreto pero sujestivo adornado por un collar de perlas que se perdía en la profundidad. Me podría haber hecho pensar que es una Abogada o una profesional,pero no, era Julieta. Ella iba a recoger unos papeles para su jefe en otra sucursal, yo me ofrecí a acompañarla antes de ir a donde tenía que estar.

Nos cogimos de la mano. Le dije que iba muy linda y elegante y que me había asustado haciéndome pensar que me iban a atracar. Ella se rió y se burló, «Crees que voy vestida como una ladrona?». Admiré que me gustan las chicas que se visten bien porque eso deja relucir mucho de su personalidad. Ella me sonrió.

La acompañé a su diligencia. Hablamos de bastantes temas, luego nos abrazamos. Mientras estaba esperando que le dieran los papeles y meintras me contaba de una vez que le habían robado el celular y que esa era la razón por la que no lo tiene ahora. Yo le conté de la vez en la que solo me habían robado $300 pesos.

Bésame – le dije mientras estábamos abrazados en la entrada del Restaurante.

No puedo – y giró su cabeza.

Hice silencio y la miré nervioso, pero tratando de ocultarlo. Creo que como un AFC cometí el error de por qué no podría besarme, pero luego de preguntarle cambié el tema intentando solucionarlo todo.

Empezamos a hablar de cuando en la Navidad pasada me robaron una bicicleta ajena y que me la estuvieron cobrando todo el maldito Diciembre.

Parecía que se iba a demorar así que me despedí y me fui a lo de mi papá que quedaba a una calle. Cuando me estaba llendo le dije que cuando saliera del turno de hoy me llamara. Ella me lo prometió y sin pedirle explicación me dijo que me iba a explicar luego por qué no puede besarme (Concluí en mi mente que ella sí quiere besarme pero que hay algo externo que se lo impide).

Resumiendo porque me están sacando de este computador y me tengo que ir para un paseo: Me fui para el restaurante y pacientemente la esperé dos horas a que saliera del turno. Luego de pasadas dos horas, Julieta se me acerca y empezamos a hablar en la mesa, cojidos de las manos, acerca de nuestros pasatiempos preferidos, del nombre bonito de mi hermana y de mi poco gusto a tomar y emborracharme. Le conté que me gusta la independencia en todo sentido y por eso no quiero trabajar para nadie. Julieta me explicó que no se puede enrrollar con sus clientes y que esa era la razón por la cual me había negado el beso, pero algo en su expresión me dijo que sí quería arriesgar su trabajo conmigo.

«Julieta, sabes qué significa tu nombre? Tu nombre significa fortaleza y coraje. Y es famoso por la obra de Shakespeare, «Romeo y Julieta». Ellos eran dos jóvenes de mundos diferentes que no podían amarse porque nadie se los permitía».

Ahora te voy a decir mi «Romeo» – me dijo Julieta asombrada por la historia.

Te voy a besar – le dije mirándola fihjamente a los ojos mientras contaba mentalmente 3, 2, 1…

Solo uno – Julieta me dió un corto y furtivo beso que me encantó por sus lindos labios pero que nos dejó para más tarde porque el Jefe iba saliendo y la podía ver…

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¿Oma o Juan Valdez? Prefiero tu capuccino

El lunes como cualquier niño juicioso me fui en el Transmilenio, era de mañana, más o menos las 10:00 u 11:00. Yo llevaba dos maletas pesadas una con mi portátil y otra con libros y más libros.

Ella iba a mi lado. La ví y al comienzo me pareció un 7. Pero me gustó como iba vestida y tenía los pantalones que le resaltaban una cola que de sí ya era grande y redonda. Violé la ley de los tres segundos porque no sabía cómo abrirla sin ser muy directo (me daba nervios ser directo).

Ella se veía que su bolso iba pesado y que lo quería bajar para descansar su hombro izquierdo.

Ponlo aquí – y le apunté un sitio privilegiado del bus en el que yo llevaba mis maletas sin cansancio.

Luego de que lo hubo puesto no sé exactamente qué le dije pero empezamos una buena conversación en la que me contó muchas cosas como que es barista de una Cafetería muy reconocida a nivel nacional llamada “Juan Valdez”  y le pedí que me enseñara como hacerle la espuma a un capuccino. En ese momento me dijo que está estudiando Ingeniería, tiene 22 años, tiene una gata llamada como un personaje de una película de Danny Boyle que ganó varias estatuillas en la entrega del año pasado de los Premios Oscar. Latika de “Slumdog Millionaire”. Me dijo que iba primero a hacer una cosa con un primo de ella que es abogado y que luego para el trabajo.

Yo también hablé de mí, generalmente hacía uno o dos comentarios sobre lo que ella me decía. Le contaba en forma de historia para dónde iba y que estudio en una universidad y que tengo clase de esto y de aquello después y que muchos trabajos y bla bla bla.

Ella me mandaba muchos IDI’s como les conocemos: Me sonreía, me preguntó como me llamo, me preguntó que hago (interés + querer estar cómoda), me miraba a los ojos.

En un momento ella me dijo que estudia y trabaja al tiempo a lo que yo le dije “Las chicas que estudian y trabajan me parecen muy sexys”. Eso aceleró mucho la interacción. Ella desde ahí se abrió resto y me contó muchas cosas, la tocaba en la espalda y bien y cuando me preguntó mi nombre nos dimos la mano por un tiempo prolongado.

Todos miraban lo que yo hacía. Me dí cuenta que una chica más linda que con la que estaba hablando me miraba fijamente a los ojos cuando yo apartaba la mirada de mi objetivo. Ellas quieren que te les acerques y les hables diciéndoles que son lindas y que son sexy.

Bueno, parece que ya te tienes que bajar, pero sería bueno que un día me hicieras un capuccino bien rico y delicioso.

Dale, que chévere – me respondió sonriendo.

Coge mi número y me llamas cuando estés libre y estés cerca del centro de mi U.

Le dí mi número. Es la segunda vez que hago eso y se desata lo que se tiene que desatar.

Recibo al poco tiempo un SMS “Un gusto conocerte, K_”

Je (Inmediatamente): SMS “Estoy impaciente por tomarme un capuccino contigo 😉 Au revoir Je.”

Je (ese mismo día): SMS “Hola K! en estos momentos me estoy tomando un capuccino y me acordé de que tú me vas a hacer uno ;)”

K! (el martes a las 22:00) SMS “A ok t pienso a cada rato por los Capuccinos llamame”

Je (martes a las 22:25) SMS “Hola K! Esta como tarde y yo soy un niño chiquitoque de tiene que ir a dormir… Apuesto a que acabas de slir del trabajo…”

K! (miércoles a las 19:51) SMS “Llámame corazón se un buen niño. Besos”.

Je (miércoles de esta misma semana a las 20:03) SMS “Te llamé y no estuviste pendiente… Que la prox no se te pase. Un beso pequeña.”

Inmediatamente me llama y hablamos y quedamos encontrarnos hoy jueves a las 5:00 en la esquina de Aguas, fuera de un bar llamado Dominos.

Je (hoy a las 8:35): SMS “Me pregunto si te gustaran los picnics…

K!: SMS “Ps si possiblement por?

Je SMS : Posiblemente ? Respondemesi te gustan o no…

K! SMS “Si corazón»

Je (jueves 8:44):  “Super! Nos vemos como quedamos. Un beso esquimal ;)”

Iba para el encuentro y, valga la redundancia, me encuentro con una compañerita que no veo casi nunca pero que es como mi única confidente en mi U. La acompañé a su parqueadero y ella iba hasta más preocupada por si yo llegaba tarde o no que yo mismo.

Llegué al sitio esperando encontrármela y que me preguntara: “¿Qué estuviste haciendo porque llegaste tarde?” y yo responderle “Yo también estoy feliz de verte. Antes estabas impaciente, ahora llega la diversión!”. Pero no pasó. La esperé y la esperé en esa bendita esquina durante 15 minutos, le timbré y no me contestó así que borré su celular y me dije “bueno, pues eso tenía que pasarme al menos una vez; la esperé durante tres grupos de 5min y no me contestó”.

Me devuelvo a mi U diciendo que mi orgullo está intacto y alegre por sentir lo que Janka llama “Disciplina” y que define como la capacidad de marcharse de una chica sin sentir nada sabiendo que hay otras más. La palabra más poderosa para un hombre/seductor, y vuelvo a citarlo, es “Next!”.

Me fui a revisar mi Facebook y recibí una llamada de D!, la niña de 23 años que estudia Diseño y que estaba linda que conocí siendo directo afuera del Transmilenio (ya escribí sobre ella). Quedamos de vernos a las 18 en la esquina del McDonalds.

Esquina del McDonalds. 15 min. “Ya me voy” por SMS. Una llamada pidiendo más tiempo. Negoció y le dí 15 min pero nada más. La esperé en una librería Panamericana leyendo un libro llamado “Diccionario del Sexo” ¿sabían que la palabra Sexo viene del Latín Secere que es dividir? No llegó. Me fui esta vez en serio y borrando su teléfono.

Empezó la confusión. Recibo una llamada que me pregunta donde estoy y yo le respondo que voy llegando a la estación Aguas entonces esa voz me dice que ella está allá esperándome y yo le dije que ya era muy tarde pero cedí.

El bus que me iba a dejar en Aguas, un F23 se pasó y quedé en el mismo lugar donde lo cogí, en “Museo del Oro”. Y le mando dos SMS seguidos: “Ya voy a llegar a la estación Aguas en un B74 porque no paran ya F23 en la estación aguas…” y un SMS “Muestrate”.

Me bajo del B74 que iba tentadoramente vacío para coger un puesto pero todo lo que hice. Me sentí un necesitado que dobla sus reglas y se deja convencer fácilmente por una voz seductora en el Telefono. No vi a nadie. “Chao” pensé. Pero de repente una chica me saluda por la espalda asustándome.

Quedé sin palabras. Yo esperaba a alguien más, pero el cambio no estaba mal. Era K!, pero en un comienzo la confundí con D! y eso me llevó a explicarle que yo me iba a encontrar con D! y que ella me llegó de sorpresa.

A K! le gustó que yo le dijera que había borrado los números de ambas ante su llegada tarde. Ella creía que yo estaba bravo y me lo hizo saber. “No estoy bravo, solo que no me gusta perder el tiempo”. Le gustó tanto que sin dudar la besé ahí. Nunca había sido así de directo pero me gustó y a ella también.

Le propuse que nos fuéramos a tomar un café en la Av39 en el local de la competencia: “Café OMA”. Le hizo gracia y me siguió. “Tienes lindos senos”. Nos besamos otra vez y yo le daba órdenes: “Susurrame en el oído”, “Sobame”, “Cuéntame como te fue”. Ella no me obedeció la de susurrarme así que en un Pull&Push la dejé de abrazar. Seguía igual y quería que yo le tradujera a ella lo que ella debía susurrarme. No hay trato. Me paré del asiento en el que ella me iba abrazando y me puse a hablar con otra chica. Le presenté a K! y nos reímos un rato. Yo la amenacé con que me iba solo para el Café OMA, ella sucumbió.

Nos bajamos y no la llevé al Café OMA prometido. Subimos al apartamento que me trae buenos recuerdos con las antiguas secretarias y con una empleada del servicio que era muy linda.

¿Pero no vamos a ir a OMA? –me preguntó.

Sí, pero quiero descansar –le respondí acostado en el único sofá largo que hay en la oficina -¿Quieres tomar algo? ¿Quieres ir al baño?

No gracias –me respondió mientras se sentaba a mi lado.

El Juego continuó. La conversación distraía lo que pasaba. Era muy aburrida si se escuchara fuera de contexto. “Más afirmaciones y menos preguntas”, como diría mi buen amigo Juggler. Besos. Abrazos, toques en el vientre, le toqué el pecho al tiempo que le decía “Tu me contaste que tienes una gata, ¿Cómo se llama?”.

Pasado un rato le dije: “Quítate la ropa”. Ella se negaba y afirmaba. Había resistencia así que hice un Freeze Out como se le conoce y me alejé de ella, me senté e hice como que me iba a poner los zapatos. Jugamos un rato. Besos de nuevo y más caricias y luego sucedió lo que tenía que suceder… (me gustaría entrar en detalles pero creo que soy un Caballero, de aquellos que … y no cuenta, pero en este foro me toca desahogarme para no contárselo a nadie más, prefiero hacerlo anónimamente con la seguridad de que nada pasará a menos de que alguien me traicione. Prefiero ser un creído aquí que allá afuera).

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¿Por qué creo en el pick up? Por @Krauserpua

Original en inglés: Why I Believe in pick-up

Publicado originalmente en Sptiembre 8 de 2009

Nota de El Traductor: Nic Krauser, inglés, empezó su viaje desde un duro divorcio a hacerse un duro seduciendo mujeres de todo el mundo en la capital de Inglaterra y testificando su progreso, sus lay y game reports en su blog krauserpua.com y sus infields en su canal de Youtube. Es autor del libro Daygame Nitro, en el que enseña cómo levantarse mujeres en las calles del mundo.

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Nunca creí en nada de esta mierda.

No de forma consciente, de todos modos.  Solía pensar que las mujeres eran iguales, que les gustaban los chicos buenos, los nice guys, que querían ser respetadas, que querían que les pidieras su opinión. Solía pensar en gestos románticos para derretir sus corazones.

Yo nunca hice en realidad nada de esa mierda de baboso niño beta. Ebrio, conocí a mi esposa en un bar en Old Street. Ella se paseaba de un lado a otro con dos amigas, yo me paseaba de un lado a otro y de repente empecé a echarle sandeces a ella. Pero yo estaba super seguro y confiado, no estaba ni vagamente interesado en levantármela, solo estaba rodeado de amigos tratando de llevarme al siguiente bar de la calle.

Estado. Independencia al resultado. Prueba social (social proof).

Ella me escuchaba, sonreía y yo se la montaba. Finalmente le permití a ella que me diera su número. Le dije que tal vez la llamaría pero que estaba muy ocupado esa semana. Cuando finalmente nos volvimos a ver, la lleve a un Pub por varias horas hasta que mis amigos llegaron, luego le di un beso de despedida y me fui con ellos. En la segunda cita le cociné un poco de sushi barato y luego me la tiré.

Cocky-funny. Ninguna necesidad. Escalada (Escalation)

Ella me semi flakeó (semi-flaked) en la siguiente cita. Algo de carreta de su clase de danza extendiéndose y no siendo capaz de llamarme hasta que terminó. Le dije que yo no me iba a tragar esa mierda y que ella podía venir ya sea en mis términos mañana o hasta ahí íbamos. Ella vino. Me la tiré.

Dominancia. Estar dispuesto a abandonarla (willingness to walk away).

Un par de meses más tarde obtengo mi primer gran shit test. Estamos alistándonos para ir a la cama y estoy cansado y necesito levantarme temprano. Ella me echa alguna mierda, le digo que se calle. Ella arroja el contenido de su botella de agua Volvic sobre mí. Yo me desenfreno. Le arranco la botella de las manos, la empujo fuera de la cama y grito “¡Lárgate de mi casa ya, maltita puta!”. Agarro su ropa (ella estaba en brassier y panties), se las arrojo a sus brazos y la empujo fuera de la habitación.

Conmoción y pavor de la mujer. Ella irrumpe en la habitación inundándola con lágrimas, disculpas y ruegos por quedarse. Sus ojos se iluminan con calentura y excitación. Magnánimamente le permito quedarse, poniendo una toalla sobre las sábanas húmedas y diciéndole que tiene que dormir de ese lado de la cama. Después de veinte minutos la agarro y le permito abrazarme (cuddle) por debajo de las sábanas. No más shit tests por siete años.

Agresión. Salvajismo (Wildness). Reforzando límites. (boundaries)

Estoy leyendo “The Lay Guide” [Como follar con todas de Tony Clink] (el cual tuve que volver a ordenar en Amazon) y todo está empezando a tener sentido, las piezas están empezando a ponerse en su lugar. Por ocho años tuve un perfect 10 (ella era modelo y bailarina profesional, atleta estrella en la preparatoria y muy inteligente también) absolutamente y dichozamente enamorada de mí. ¿Es acaso coincidencia que desde el primer momento inadvertidamente seguí todos los principios rectores del Game?

No lo creo.

Recientemente oí una analogía. Un hombre te da una pala, te señala el suelo diciendo “Hay diamantes ahí abajo”. ¿Cuán profundo cavarías? Si crees que él está echando carreta apostaría que tú te rendirías y dejarías de cavar después de unos pocos minutos. Por el contrario, si le crees, serías capaz de cavar por semanas. Siempre y cuando tengas la certeza de que todo ese revoltijo de tierra eventualmente resultará en diamantes, seguirás cavando.

Este soy yo y el pick-up. Yo tengo por seguro que es una mina. Solo tengo que seguir cavando.

[Actualización: He dejado este post igual a como está originalmente escrito porque captura el tipo de ira y amargura que estuve acumulando cuando apenas entré en el Game. Aun hoy sigo viendo el mismo proceso, todo el tiempo, con los estudiantes –el comienzo lleno de ira, enojo frustración que gradualmente se va suavizando a medida que van haciendo progreso en su juego interno y comienzan a obtener buenas respuestas de buenas mujeres. K]

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Jueves 2 de septiembre. 13:40

Hace poco llegué a la casa a almorzar luego de estar en el Centro, en los Juzgados Civiles de la carrera 10ma (Edificio Morales Molina). Saqué las copias de los estados de los procesos que mi papá me solicitó. Estoy aprendiendo cada día más a desenvolverme y a hacer más cosas por mí mismo.

Ayer hablaba con Daniela Tengonoff, una amiga que me volvió a contactar después de mucho tiempo y quien dice que quiere verme porque me ama y piensa que soy alguien muy valioso (gracias, eso es muy halagador).

Daniela me habla de muchas cosas, ella se abre mucho conmigo y parece que tenemos cierta conexión o rapport. Ella me dice que /yo le conté muchas cosas que no le he contado a nadie, como que estoy viendo a un psiquiatra o que a pesar de saber que “La verdadera felicidad es compartida”, (como escribe Alexander Supertramp en Into the Wild), prefiro estar solo y quiero estar independiente. Quiero poder vivir conmigo mismo, así cuando aprenda, estaré listo para volverá rodearme de personas y convertirme en el seductor, amado, respetado y exitoso que voy a ser.

Ah sí. Antes de que se me olvide. Hoy hablé con Sandra, una estudiante de Comunicación Social

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