Archivo mensual: diciembre 2017

Zufällige Zitate

«In Lebensgefahr sind wir immer. Man muss nur auf Gott vertrauen» — F. F.

Er soll ihn verarzten, und dann werde ich ihn vernehmen

Der Pöbel hat versucht, ihn zu lynchen

Der Pöbel hat versucht, ihn zu lynchen

Gib dem Luder ordentlich Puder

Innige Zuneigung mit fünf Buchstaben

Es gibt kein Epos mehr. Das ist unseres Epos.

Ich werde dir mit all der Stille des Planeten zuhören und deine Augen ansehen, als wären sie die letzten dieses Landes.

Die Herren denken sich laufend schlaue Namen für Churchill aus

Da hat es der liebe Gott ja noch mal gut mit ihm gemeint

Ich melde mich, sobald ich etwas in Erfahrung bringe

«Es ist nichts», hat er noch gesagt, dann hat er das Bewusstsein verloren.

ich hoffe, ich komme nicht ungelegen

Das ist jetzt vorbei!

Jedes Zuwarten verringert unsere Chancen

Wenn man damit zufrieden ist, zu dienen. Manche ertragen es nicht.

man hat also zwei Fliegen mit einer Klappe geschlagen

da werden die Menschen hingerichtet, schon beim geringsten Verdacht

Ein Krieg ist immer eine empfindliche Störung des Wirtschaftslebens

Frankreich und Russland umklammern uns von Wsten und Osten

Frankreich und Russland umklammern uns von Westen und Osten

Ihren kann man nicht beschmutzen

Unbedingt.

Gefängnis wegen Erregung der öffentlichen Ärgernis

Zieh mir mein Höschen aus

Wenn du Ja sagst, kann er dich gegen deinen Willen einweisen lassen

Lassen Sie sich vom ersten Eindruck nicht abschrecken

Wenn Sie wollen, daß ich Ihnen helfe, antworten Sie

Sagen Sie ihn, daß er verschwinden soll

Befehlen Sie es ihm

Seien Sie stärker als er

Willst du dir wirklich von dieser Nutte Befehle geben lassen?

Nehmen Sie die Nadel raus!

Du bist das Beste, was mir seit einer Ewigkeit passiert ist

Ich glaube, ich verstehe so langsam, wie du dich an die ganze Kacke gewöhnen konntest

Der Unterschied zwischen Vergangenheit, Gegenwart und Zukunft ist nur eine Illusion, wen auch eine hartnäckige… — Albert Einstein

Wir vertrauen darauf, dass die Zeit linear verläuft. Dass sie auf ewig gleichförmig voranschreitet. Bis die Unendlichkeit. Aber die Unterscheidung von Vergangenheit, Gegenwart und Zukunft ist nichts als eine Illusion. Gestern, heute, morgen folgen nicht aufeinander. Sie sind in einem ewigen Kreis miteinander verbunden. Alles ist miteinander verbunden.

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La Muerte ha de venir cuando quiera venir

Los cobardes mueren muchas veces antes de su muerte; Los valientes nunca prueban la muerte sino una sola vez. De todos los prodigios que hasta ahora oí, El más extraño me parece que los hombres teman viendo que la muerte, inevitable fin, ha de venir cuando quiera venir

— Julio César por William Shakespeare

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La ahistoricidad de los argumentos pro-inmigración masiva

Se puede ver que la inmigración no es un fenómeno nuevo en los territorios de Europa y de Colombia debido a su pasado colonial – los países europeos como Francia, Inglaterra y España, como colonizadora; y Colombia como colonia – lo que nos obliga a preguntarnos en paralelo si los movimientos migratorios contemporáneos hacia estos territorios se justifican de la misma manera o si existen diferencias. Para intentar responder a esta «problemática», es necesario analizar, en primer lugar, la historia de las justificaciones históricas que brinda el pasado colonial de países con un pasado colonizador, como los países europeos; y de Colombia, como un país con un pasado colonizado; en segundo lugar, veremos algunos argumentos posibles en contra de esta historia para finalmente concluir que las peculiaridades históricas del pasado colonial de los países Europeos y Colombia no permiten argumentar a favor de una inmigración masiva en sus territorios, teniendo en cuenta que los dos países han sufrido rupturas en su historia que no permiten hablar de una responsabilidad colectiva que hace de la inmigración una forma de retribución por los errores de un pasado que no pertenece a las diversas poblaciones que viven hoy estos dos países.

«La demografía es el destino», un aforismo comúnmente atribuido a Auguste Compte, a menudo es utilizado por ciertas posiciones políticas para decir que con las actuales tendencias demográficas Europa ya no será Europa en el futuro debido a la diferencia entre las cifras actuales de inmigración y las tasas de fertilidad de los países de la Unión Europea, «donde la fertilidad es menor». En contraste con esta posición, es la de aquellos que defienden la inmigración, –especialmente en Francia, Inglaterra o España– proveniente de poblaciones que históricamente han sido colonias como una fuente de mano de obra necesaria para apoyar a la industria y el retiro de una población que está envejeciendo rápidamente.

Por otro lado, la crisis en Venezuela llevó a un replanteamiento de la política migratoria colombiana para permitir el tránsito y la permanencia de los ciudadanos que escapan de la crisis política en el país vecino con la justificación de que Colombia y Venezuela comparten una historia común habiendo visto que éstos países formaron parte del Reino de Nueva Granada bajo el control colonial de la Corona española desde 1550 hasta 1819, después de las guerras de independencia donde Simón Bolívar, oriundo de Caracas, desempeñó el papel de «Libertador».

La ruptura del pasado colonial con el presente ocurrió cuando los imperios desaparecieron. No podemos decir que todos los países europeos fueron potencias colonizadoras. No podemos decir que la actual República Francesa es la misma que el Primer y Segundo Imperio Colonial Francés porque ahora estamos hablando de un régimen «democrático» y antes de que la monarquía fuera la que conquistara y colonizara los territorios de los cuales los inmigrantes vienen hoy. No se puede decir que la República de Colombia hoy y la Nueva Granada sean las mismas, porque el Imperio español que controlaba estos territorios ya no existe (aunque hay quienes dirán que la monarquía persiste).

Este argumento puede parecer muy simplista para aquellos que quieren justificar la responsabilidad de un país como Francia para recibir migrantes de territorios que pertenecieron a antiguos territorios coloniales, pero si Francia no ha colonizado territorios que hoy envían migrantes, como Libia, Turquía (antiguo Imperio Otomano) o Colombia, que no eran colonias francesas, ¿por qué debería recibirlos? De la misma manera, ¿es una república democrática responsable de las decisiones tomadas por los gobernantes monárquicos que no consultaron al «pueblo» en una elección popular general antes de decidir colonizar otro territorio? Estas preguntas muestran que la inmigración moderna es el producto de una ruptura histórica entre los estados republicanos modernos y su pasado monárquico y colonialista.

Hay quienes dirán que Francia, en su «tradición republicana» de libertad, igualdad y fraternidad, aceptó la migración laboral como «alimentando los fuegos de la industrialización» en el siglo XIX y les dio a estos trabajadores extranjeros, tanto el estado de los residentes, como la ciudadanía. (Hollifield, 2004, p.186), y que por esta razón, Francia debe acomodar a más inmigrantes para que respeten esta «tradición republicana». Pero este argumento no es histórico, ya que olvida que este movimiento migratorio ocurrió en el período particular de la revolución industrial y que, para ser aceptable, deben repetirse las mismas condiciones que le dieron lugar.

Volviendo nuestros rostros hacia los territorios de Nueva Granada y que hoy son Colombia y Venezuela, ambos con su pasado compartido durante el período colonial en la segunda mitad del siglo XVI, gobernados por una «estructura altamente centralizada» coordinada por el Rey y sus consejeros de España con el «Consejo de Indias», un cuerpo legislativo, administrativo y judicial; y por el Virrey, en la costa americana (Bushnell, 2017. P. 30). Tras la ruptura de las relaciones con el Imperio español (1781-1819), el Congreso de Angostura proclamó la unión del Virreinato de la Nueva Granada con la fundación de la República de la Gran Colombia, pero esta unión n ‘ duró hasta 1826, con una revuelta en Caracas contra el poder centralista de Bogotá. Es válido decir que esta separación entre Venezuela y Colombia era solamente a nivel Estatal y es por eso que el día de hoy conocemos a estos países como «Naciones Hermanas».

A pesar de esta separación, encontramos aquí el problema más profundo de la clasificación de Venezuela y Colombia como «naciones» y que esta definición es producto de la ideología del «nacionismo»:

“El discurso de nación tiene que cobrar forma, no para corresponder a una etapa en un desenvolvimiento teleológico de la especie humana, sino como una contingencia, una posibilidad entre otras, que hace que la vida tenga sentido en un contexto marcado por la división y el enfrentamiento. No es que las personas vivan en naciones, sino que creen que viven en naciones, dado que la nación en cuanto discurso les parece adecuada a las cosas (pero sólo hasta cierto punto, como veremos más adelante). La planteada emergencia de la nación es, más acertadamente la emergencia de una organización humana que puede ser investida de significado a través del discurso de la nación; la emergencia de este discurso puede precisarse como la respuesta a una serie de agitaciones sociales, sucesos y procesos que pusieron en entredicho las antiguas reglas y normas” (Lobo, 2009. P. 22).

El Profesor Gregory Lobo y cuestiona así el hecho de clasificar a Colombia como una «nación a pesar de sí misma», traducción al español del libro de David Bushnell, The Making of Modern Colombia: A nation in Spite of Itself (1993). Por lo tanto, calificar como «Nación» a un «Estado» que ha tenido más de ocho constituciones y está compuesta por un «pueblo» o varios «pueblos», gracias a su diversidad étnica y cultural, es una aplicación arbitraria de la «ideología nacionista”. No podemos decir que Colombia y Venezuela son «Naciones Hermanas» porque el concepto de «nación» es un producto arbitrario del discurso «nacionista» y es por eso que no podemos justificar la inmigración en esta ambigüedad que puede dar lugar a la injusticia de justificar la migración de venezolanos hacia los «resguardos indígenas», sin consultar con ellos en clara negación de su independencia y soberanía en su territorio por el error de considerarlos una parte subordinada a la «Nación» colombiana, lo que sería el caso de un colonialismo de capital para la provincia, como ha sucedido en la historia de Colombia en la cual el interior se ha visto beneficiada de la periferia.

Es éste el mayor argumento en pro de la inmigración hacia los países del norte global o del centro por parte de poblaciones provenientes del sur global o de la periferia. No obstante, para poder hacer justificable esto, como una forma de indemnización, considero que no se puede simplemente justificar en el mero hecho de que haya desigualdades económicas que pueden deberse o no a la explotación de las personas y territorios del tercer mundo, puesto que en éste caso se requeriría hacer un juicio que desvirtúe la “presunción de inocencia” de los “países del norte global” y los condene culpables de pagar indemnizaciones al tercer mundo. Es por tanto necesario preguntarnos una vez más las razones históricas de la inmigración, la validez y límites morales de las obligaciones colectivas adquiridas por los regímenes no democráticos del pasado.

Bibliografía.

Hollifield, James F. Republicanism and Immigration Control in France. DANS Cornelius, Wayne A. et al. Controlling Immigration: A Global Perspective. Stanford University Press: Stanford, 2004.

Bushnell, David. Colombia, Una nación a pesar de sí misma. Ariel: Bogotá, 2017.

Ferro, Marc. Le livre noir du colonialisme. xvie-xxie siècle: de l’extermination à la repentance. Hachette: Paris, 2003

Lobo, Gregory J. Colombia: algo diferente de una nación. Uniandes: Bogotá, 2009.

Sandel, Michael J. Justicia: ¿hacemos lo que debemos? Debate: Barcelona, 2015.

Schwarz, Henry & Ray, Sangeeta. A Companion to Postcolonial Studies. Blackwell: Oxford, 2008.

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