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Martin Looter King: George Floyd murió de Covid-19

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Según el CDC, el hecho de que George Floyd muriera mientras tenía coronavirus significa que murió de coronavirus. Eso significa que no pudo haber sido asesinado. Es imposible que alguien con coronavirus sea asesinado. Esa debería ser precisamente la defensa de Chauvin y sus copartes en el proceso. Algunos entenderán esto como que si alguien con coronavirus lo agarran a tiros muere por el virus y no por las balas, pero Floyd de todas formas iba a morir en unas semanas seguramente por el virus, agravado por sus anteriores comorbilidades aunadas a su desmedido abuso de drogas.

La exagerada y absurda reacción a la muerte de George Floyd es una muestra más de la absurda y exagerada reacción al Covid 19, —la cual exonerará a Chauvin y a sus compañeros— toda vez que se ha llegado a caer en el absurdo de clasificar todas las muertes con esta enfermedad, por la cual las autoridades estatales demócratas norteamericanas han justificado una cuarentena de sanos, un “aislamiento social” que no es más que prisión domiciliaria de inocentes, mientras que a los delincuentes los sueltan de las cárceles.

Hay quienes dirán que es obvio que los policías precipitaron su muerte, sin embargo, no es obvio y no está probado más allá de toda duda razonable. Se contentan con un video, cuando este no prueba homicidio, ni en primer ni en tercer grado.

Primero tomaron el video para condenar al “racista policía blanco” de cometer un crimen de odio contra un inocente y desarmado hombre negro, víctima del racismo institucionalizado. Ahora esos mismos salen a decir que es que no es el vídeo lo que lo prueba, sino que ese vídeo muestra el abuso de fuerza y la obstrucción de respiración y posterior desmayo). Afirman que lo que prueba el homicidio es la autopsia, que dice que la causa de muerte fue por obstrucción en la respiración. A esto uno se pregunta, si el video no prueba sólo el homicidio, ¿por qué no se esperaron a tener una autopsia para justificar su desproporcionada reacción prejuiciosa contra un policía blanco que todavía no ha sido condenado judicialmente?

La respuesta radica en que aquellos que reaccionaron al video con indignación, justificando las revueltas y saqueos en USA, son los mismos que ahora se excusan en que no es sólo el video el que prueba la culpabilidad del policía, siendo ellos mismos los que lo sentenciaron y condenaron como un racista blanco, como otra prueba más del “racismo institucional” no solo norteamericano, sino universal, al punto que con base en sólo ese video se están justificando revueltas y saqueos en otras partes del mundo junto con la culpabilidad de los blancos por esta sobrerreacción.

Partieron de ese video como prueba exclusiva de la condena, mas un video no toma signos vitales. Frente a esto, los que se excusaron solamente en el video, dicen ahora que es que el vídeo no es la prueba final, presentando la autopsia como prueba final de la causa de la muerte, diciendo que fue definitivamente un homicidio. Sin embargo, el policía blanco acusado de racista y sus multirraciales pero racistas compañeros —vinculados posteriormente a la investigación luego de salir a la luz otro video que presuntamente los inculpa— son inocentes y lo son hasta que se demuestre más allá de toda duda razonable que son culpables.

Esto no significa que el vídeo no sea una prueba válida. Yo no he dicho eso. Sólo he dicho que no prueba homicidio en la medida de quienes sostienen que el video no solo muestra el desmedido uso de fuerza, sino la intencionalidad de la asfixia contra un hombre que ya estaba sometido, quien a pesar de haber dicho no poder respirar, el policía continúa asfixiándolo sin importarle nada. Hay habría una intencionalidad.

Tal presunta intencionalidad no está probada, a pesar de que en los medios se haya exagerado el móvil racista, hasta premeditado del homicidio, pero en este caso no hay esta “intencionalidad” de matar, porque si la hubiera habido, se les habría acusado de homicidio en primer grado. Al contrario, luego de ver que no había tal intencionalidad, se les acusó de homicidio en segundo y tercer grado. Lo que contradice la indignación en los medios que quisieron hacerlo ver como algo tan intencional, que pasaba al nivel de la premeditación del homicidio en primer grado, cuando máximo se trató de algo impulsivo del momento y no intencional, pero eso no encaja en su narrativa que quiere mostrar a la policía como racista, casi premeditada y sistemática.

Así se les acuse de homicidio en segundo y tercer grado, hay muchas pruebas que los exoneran tales como el hecho notorio de que el Covid 19 es letal, que la presunta víctima tenía antecedentes, que estaba bajo los efectos de estupefacientes y que padecía comorbilidades. A lo que dirán que eso es lo más rebuscado del mundo, por cuanto la causa de muerte fue axfixia no covid y que ninguna de las enfermedades desencadenó la muerte, pudiendo tener covid y no por eso morir.

Resulta curioso que afirmen ahora que el covid no es letal, y sostengan como prueba de ello el que son más los que se salvan que los que se mueren de covid, que de hecho es incluso asintomático. Frente a lo cual les pregunto, ¿ómo se atreve a decir que el Covid no es letal?… acaso, ¿es usted de los que piensan que el virus fue un engaño co-inventado por Bill Gates para poner un chip y extraer el aceite de rodilla para mantener en funcionamiento las torres de 5g? Empieza a no creer en el virus, y luego empezará a dudar de los 6 millones. ¿Quiere eso? ¿Sabe que es ilegal?

Responderán que no dudan de la existencia del covid, al mismo tiempo que muestran las cifras de recuperados versus muertes, para sostener que si fuese letal nadie se aliviaría del virus, todos morirían y que, de hecho, puede ser asintomático, lo que quiere decir que una persona puede tener covid y nunca presentar ningún síntoma.

Frente a esto, vale la pena mostrar el absurdo de cuestionar la verdad comprobada e incontrovertible de que el coronavirus es un virus letal para el que hemos estado confinados durante casi 3 meses y salir a manifestarse sin guardar las “debidas medidas de bioseguridad” ¿Acaso quieren que muera más gente por el mismo virus que mató al buen ciudadano que era George Floyd?

Ahora sí dicen que el virus no es letal, si fuese letal sería inminente la muerte de todo infectado. Manifiestan que si el virus fuese letal tendríamos más de 6 millones de muertos. Algo que deberían haber dicho para oponerse a las medidas exageradas de confinamiento a las que nos hemos sometido sin oposición alguna —mientras las economías, sustento, empleos y vidas de millones de personas peligran de inanición— y por las cuales ahora se podría llegar a exonerar al policía blanco acusados de ser racista, antes que ser acusado de homicidio. Hace apenas unas semanas, si se protestaba en contra de la susodicha «cuarentena» alegando los efectos negativos del encierro y de la parálisis de la economía, significaba que se odiaba a los viejos con más probabilidades de morir del virus; ahora, si no se protesta en contra del racismo, si no se sale a protestar, vandalizar, saquear y piromanear, es porque en secreto se es un racista que odia a todos los negros.

No niego que el virus pueda matarlo a uno, pero se tiene más posibilidades de recuperarse que de morir si se es menor de 50 años y no tienes comorbilidades complejas. Curioso que los mismos que traen a colación el informe forense de Floyd, como prueba fehaciente de homicidio, son los mismos que dicen que no les importa la validez o invalidez de este y menos frente a otro informe alternativo comisionado por la familia del difunto, en el que se muestra que murió de asfixia. Ahí sí les vale si era bueno o malo el informe para decir a secas que no murió por Covid, pero descartan que esta enfermedad pudo ser la desencadenante de su asfixia.

Ahí es cuando entra su historial de comorbilidades y su consumo de drogas, el cual debilita el sistema inmunológico, lo que desencadenó en que falleciera mientras los policías lo retenían en un procedimiento estándar de policía. Todos estos factores son los que eliminan la indudabilidad de la culpabilidad de los acusados.

Y si no lo asfixian, ¿iba a morir justo ahi? Eso no lo cree nadie, simplemente porque la autopsia ya dictaminó que la causa fue asfixia no las comorbilidades. Si no lo asfixian él no hubiera muerto, simple. Caso cerrado.

Es muy fácil sostener lo anterior sin interpretar la autopsia y el reporte de toxicología, el cual encontró que la presunta víctima tenía fentanilo y metanfetamina en su sistema cuando murió, así como compuestos de cannabis y morfina, falleciendo de arresto cardiopulmonar mientras estaba restringido, a diferencia de lo que muestra una autopsia separada comisionada por la familia de Floyd, que encontró que la causa de la muerte era la asfixia. Por tanto no es homicidio en primer ni en tercer grado más allá de toda duda razonable.

Los incendiarios activistas antifa y los apologistas del black lives matter (Un paréntesis: si las vidas negras importan tanto, ¿por qué no destruyen todo cada vez que un policía no blanco mata a alguien de color, que un negro mata a otro negro? Lo que pasa más a menudo y en mayor proporción), insistirán en dudar de la inocencia del “racista policía blanco”, pedirán que les demos la razón con que el covid no es letal e interpelaran si un procedimiento policial estándar es axfixiar a otro hasta que pierda el sentido. Preguntarán si no hay conflictos de interés por parte de la policía y de los investigadores, los cuales no reconocerían que la muerte fue culpa del policía.

Opino que no pueden afirmar lo anterior al tiempo que sostienen que el perito que hizo la segunda autopsia es uno de los “mejores forenses de Estados Unidos”. Quieren que veamos una parcialidad en el sistema y al tiempo que reconozcamos que el sistema está llevando bien la investigación. ¡Por favor! Si la investigación resulta parcializada es en su favor, es en favor de aquellos que han sacrificado todo estándar procesal por justificar los saqueos.

Por otro lado, aquellos que nos echan en cara la supuesta rectitud del perito que hizo la segunda autopsia y nos lo muestran como una autoridad en los Estados Unidos —siendo el mismo Dr. Michael Baden quien testificó en el juicio de O.J. Simpson y quien condujo la autopsia “independiente” de Jeffrey Epstein[1], ambos casos sobre los que aún hoy hay severas dudas— al mismo tiempo nos dicen que un reporte de toxicología no basta, porque no dice que dicha cantidad de narcóticos sea la causa de muerte. ¿O sea que la autopsia sí es imparcial, pero el reporte de toxicología no?

Les daré la razón, pero no por las razones que quieren en este caso: el hecho que hay conflictos de interés en un caso tan politizado como este. Justo para culpabilizar a un policía blanco del delito de ser blanco, mientras es policía. Los otros acusados, lo fueron sólo para ocultar el hecho de que el policía blanco fue acusado, prejuzgado y sentenciado en la corte de la opinión, para que luego no digan «vean que no lo sentenciamos por blanco, porque también sentenciamos a sus diversos compañeros«. Saben que de ellos no pueden decir que son racistas, porque ellos no son blancos, en un país donde más blancos mueren a manos de policías que los negros.

Asimismo, la prueba de toxicología fue un análisis de sangre. No prueban el cabello. Así que estaba usando todas estas drogas en los últimos 2 días. Es una locura que cualquiera mezcle metanfetamina y opioides. Nadie hace eso. Básicamente es una sentencia de muerte, y es increíble que el tipo estuviera caminando en primer lugar. Las personas en sus 40 años tienen ataques cardíacos con cualquiera de estos medicamentos, y mezclarlos, con un historial de problemas cardíacos, es solo pedirlo. Dadas estas drogas que estaba tomando, creo que es seguro decir que esto solo es una razón de su muerte, y que probablemente habría muerto ese día sin importar si fue arrestado o no, aunadas a las complicaciones respiratorias por Covid 19.

No se le ahorcó, se le retuvo. Era un hombre tan grande que era también conocido como a.k.a. Big Floyd y era potencialmente peligroso debido a su historial criminal[2]. Por lo tanto, es muy difícil para un solo policía blanco racista contenerlo, tal y como aparece en el incendiario video aparecido originalmente; y mucho menos fácil para 3 policías racistas y diversos, como ha venido apareciendo en videos subsecuentes. Una vez más, refutando que su muerte fuese por motivos raciales y ahora trasladando el cargo de 1 ° a 2 ° grado en un caso que ha sido tan politizado que podría argumentarse que compromete la evidencia y está pidiendo a gritos saqueos y disturbios una anulación. Sí, tal vez estar clavado en el suelo provocó el ataque al corazón. Supongo. Pero apenas equivale a «asesinato», que es de lo que el oficial ha sido acusado[3].

Los atrevidos contradirán lo anterior tercamente:

— ¿Ya me dio la razón en que el covid no es letal, que ese no era un procedimiento estándar de arresto?

Ese es problema de los estándares y normativas policiales, lo que excusa aún más la intención racista de matar de los policías acusados, quienes estaban siguiendo un procedimiento en el que fueron entrenados y por los que son responsables sus superiores en reevaluarlos y cambiarlos, si estos son causa de muertes injustas lo que aún no se prueba en juicio.

— ¿en serio justifica el abuso policial contra alguien (¡olvidé que es negro!) que claramente no pone resistencias? ¿Un abuso que le causó la muerte? ¿El hecho de que mueran más blancos que negros justifica entonces el abuso policial?”

— ¿Dónde estoy justificando el abuso policial?

— líneas arriba dice: «(…) Mientras los policías lo retenían en un procedimiento estándar de policía. (…)» Olvidemos los colores, si es negro o blanco, el hecho es que hubo un desmedido uso de la fuerza, una asfixia, un vídeo que muestra que no hubo resistencia al arresto, que al arrestado le impiden respirar, que el arrestado dice no poder respirar más de una vez, que los policías omiten está súplica de ayuda y que la autopsia revela que la causa de muerte fue asfixia no las comorbilidades ni el covid.

Ese párrafo que usted, buen lector, cita no es «justificar el abuso policial«. Nadie está diciendo que el abuso policial sea bueno. Sólo afirmo, con hechos, que no hubo homicidio en primer ni en segundo grado, puesto que la presunta víctima no fue asesinada, sino que falleció de asfixia, precipitada por consumo de drogas y Covid 19. Por otro lado, acorralado usted dice que «olvidemos los colores», cuando en realidad los colores son los que han estado al centro de todos los prejuicios que condenaron al policía blanco frente a la opinión pública, pudiendo esto incluso viciar la imparcialidad de la investigación y exonerarlo del caso a él y a sus compañeros.

— o sea, ¿la asfixia fue causa del covid y el consumo de drogas? Si los policías hubiesen sido negros y la víctima blanca entonces, sin examen ni nada, dirían que fue culpa de los policías, sin examen alguno. Ya han sucedido casos grabados con culpables absueltos o bastante beneficiados por el jurado, nada más mire el caso de Rodney King en el 92 y el caso de Latasha Harlins, ambos grabados y finalmente de nada sirvió porque los fallos beneficiaron a los culpables, desatando la ira de la comunidad.

Exacto, básicamente un video no basta para decir que fue homicidio, aunque la turba iracunda e irascible se haya aprovechado de este para desatar ira racial (que a la larga ha matado y arruinado a más gente) diciendo que fue un racista policía blanco quien cometió este «desastroso crimen de odio» que en realidad no fue de odio y a la larga se probará que no hubo crimen.

Este caso lo han querido comparar al caso de Eric Garner, quien el 17 de julio de 2014, murió estrangulado por un policía y reducido por otros cuatro, mientras decía sin aliento «I can’t breath» (no puedo respirar),  arenga en muchas de las protestas y disturbios que surgieron a raíz de la absolución de los policías implicados en ese caso y que por estos días se repiten en Estados Unidos, como en muchos otros países, cuando los hechos son diferentes, los implicados son diferentes y todavía no han sido absueltos ni condenados en juicio. Los disturbios son un prejuzgamiento, una condena atarantada, atolondrada y atarbana.

Se ha concluido sin juicio que George Floyd fue estrangulado por un policía blanco racista, sin examinar antes las demás pruebas y poniendo en peligro la imparcialidad de la investigación. Más bien, dándole un poco de razón a los lectores que se opondrán a lo que que he escrito, se podría afirmar que el policía blanco ejecutó una maniobra que no equivale a un estrangulamiento ni a un ahorcamiento, dado que no se está aplicando presión sobre la tráquea, sino una restricción de cuello, maniobra que ha sido prohibida en otros departamentos de policía de los Estados Unidos, por su potencial peligrosidad, pero que el Departamento de Policía de Minneapolis se permite en caso de que el sospechoso se resista al arresto. Maniobra que, según el manual de procedimientos del Departamento de Policía de Minneapolis, consiste «en comprimir uno o ambos lados del cuello de una persona con un brazo o una pierna, sin aplicar presión directa sobre la tráquea o las vías respiratorias (frente del cuello)», y que debe aplicarse únicamente cuando el sospechoso se resiste al arresto, algo que no resulta obvio en el primer video que salió a la luz y en el que aparentemente se ve al policía blanco aplicando su peso sobre la parte trasera del cuello de un George Floyd que no se resistía, lo que antes que ser un caso de un policía blanco matando a un ciudadano negro por el hecho de serlo, podría ser más el caso de varios policías de diversas razas abusando de su autoridad y matando a un ciudadano desarmado sin importar su color [4].

Pero esto no se ajustaría a la narrativa justificativa de los desmanes y saqueos justificados por los mismos privilegiados que justifican las protestas, disturbios y saqueos desde sus teléfonos y computadores. Los mismos activistas privilegiados quienes son los primeros en llamar a la policía a denunciar a aquellos que les roban por verlos como millonarios en un mundo donde millones de personas ni siquiera tienen un celular para acceder a twitter a justificar que está bien robar y saquear a personas que tienen más por el privilegio de ser de tal o cual raza.

Oportunistas que hacen activismo para abolir la Segunda Enmienda, el derecho natural al porte de armas y a la resistencia frente a la tiranía, desarmando así a sus conciudadanos, dejándolos vulnerables frente a los policías racistas que abusan de su poder y matan inocentes «minorías» (que en realidad son mayorías globales).

Mismos privilegiados quienes, por un lado, critican como racista y/o xenófoba la politización de las muertes de blancos , de las violaciones masivas (ej. Rotherdam en el Reino Unido) y de los ataques terroristas a manos de «pacíficos» «inmigrantes» y «minorías»; pero por el otro, justifican sus acciones sobre los cuerpos aún calientes del «buen niño» Trayvon Martin, quien murió a manos armadas del latino de apellido judío, pero blanqueado George Zimmermann; del gentle giant (gigante gentil) Michael Brown Jr.; del jogger Armed Robbery Ahmaud Arbery, etc y ahora del pacífico, desarmado e inocente sin antecedentes George ‘Fentanyl’ Floyd.

P.S. Ya veremos si en las próximas semanas, por no mantener las medidas de protección, a Chauvin y sus copartes les dé por morirse de coronavirus y no sea que de repente les dé por hacer la de Epstein.

 

REFERENCIAS:

[1] Independent Autopsy Finds George Floyd Was Asphyxiated: “Hennepin County Medical Examiner officially rules Floyd’s death a homicide” By JON BLISTEIN June 1, 2020 4:38PM ET   https://www.rollingstone.com/culture/culture-news/george-floyd-independent-autopsy-findings-asphyxiated-1008625/

 

UPDATE: The Hennepin County Medical Examiner ruled the death of George Floyd a homicide. It lists his cause of death as “cardiopulmonary arrest complicating law enforcement subdual, restraint, and neck compression,” while adding Floyd “experienced a cardiopulmonary arrest while being restrained by law enforcement officer(s).” It also states “other significant conditions” that could have contributed to Floyd’s death as heart disease, fentanyl intoxication and recent methamphetamine use.

[2] EXCLUSIVE: A new start turns to a tragic end for George Floyd, who moved to Minneapolis determined to turn his life around after being released from prison in Texas

  • George Floyd moved to Minneapolis in 2014 for a fresh start after being released from prison in Houston, Texas following an arrest for aggravated robbery
  • Floyd had turned his life around but died on Monday after a white officer knelt on his neck while arresting him for allegedly paying with a fake $20 bill
  • None of the officers could have been aware of Floyd’s more than a decade-old criminal history at the time of the arrest
  • The 46-year-old had left behind his past in Houston after being released from prison stemming from a 2007 robbery
  • He plead guilty to entering a woman’s home, pointing a gun at her stomach and searching the home for drugs and money, according to court records
  • Floyd was sentenced to 10 months in jail for having less than one gram of cocaine in a December 2005 arrest
  • He had previously been sentenced to eight months for the same offense, stemming from an October 2002 arrest
  • Floyd was arrested in 2002 for criminal trespassing and served 30 days in jail
  • He had another stint for a theft in August 1998

By Dailymail.com Reporter

Published: 21:06 BST, 28 May 2020 | Updated: 23:32 BST, 28 May 2020 https://www.dailymail.co.uk/news/article-8366533/George-Floyd-moved-Minneapolis-start-new-life-released-prison-Texas.html

[3] «The toxicology report said Floyd had fentanyl and methamphetamine in his system when he died, as well as cannabis compounds and morphine; a press release summarizing the report Monday listed arteriosclerotic and hypertensive heart disease, “fentanyl intoxication” and “recent methamphetamine use” as “other significant conditions” but not “cause of death.”

The medical examiner found Floyd died of cardiopulmonary arrest while being restrained, ruling his death a homicide—a different finding than a separate autopsy commissioned by Floyd’s family, which found the cause of death to be asphyxia.»

George Floyd Had Coronavirus, Autopsy Finds, But It Wasn’t A Factor In His Death by Rachel SandlerForbes Staff Updated Jun 3, 2020, 11:17pm EDT https://www.forbes.com/sites/rachelsandler/2020/06/03/george-floyd-had-coronavirus-autopsy-finds-but-it-wasnt-factor-in-his-death/#2c0876b82b44

[4] «The Minneapolis Police Department allows arresting officers to use two types of neck restraints on a subject, but only officers trained in them can use them, according to the department’s Policy & Procedure Manual.

Conscious neck restraint involves putting light pressure on the subject’s neck with an arm or leg without cutting off their airway, and unconscious neck restraint puts enough pressure on a subject to make them lose consciousness without killing them, according to the manual.

 

Both can only be conducted when a subject is resisting arrest, per the policy, and unconscious neck restraint is allowed only when subjects are aggressively resisting and can’t be subdued in another manner.
The method used to restrain Floyd doesn’t fit neatly into either of those categories, Stoughton said.
«This is not a neck restraint,» he said of the position Floyd was held in during his arrest. «It’s not just putting pressure on someone’s neck. It’s really dangerous.»»

The move used to restrain George Floyd is discouraged by most police. Here’s why. By Scottie Andrew, CNN Updated 1014 GMT (1814 HKT) May 29, 2020 https://edition.cnn.com/2020/05/28/us/george-floyd-knee-to-neck-excessive-force-trnd/index.html

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Reseña de La Nueva Lucha de Clases: Los refugiados y el terror por Slavoj Žižek (2016)

 

Por TM y DMG  aka Alabama Monroe

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Creo que Žižek en su estilo de iconoclasta estaría opuesto a que en español –un idioma en el que no hay carones o anticircunflejos ⟨ ˇ ⟩ sobre las Z como en el apellido del filósofo (Ž)– se escribiera su nombre como a menudo se calca del esloveno. Creo que Žižek querría que su nombre se escribiera como “Chichec”, tal y como se pronuncia, sin mitificaciones ni extranjerismos que exotizan. Ya que es así como hay que hablar las cosas para “Chichec”: sin tabúes y como son. A pesar de ésto, mantendré el nombre de Žižek tal y como se ha mercadeado. ¡Qué paradójico, que para un autoproclamado “marxista” y un “iconoclasta”, que sus libros se vendan en el mercado mundial y su nombre se vuelva un ícono!

Difícil es no leer La nueva lucha de clases: Los refugiados y el terror (2016) sin imaginarse los constantes tics del filósofo que toca repetidamente su nariz, se arregla repetidamente su camiseta que dice “I would prefer not to” (Preferiría no) con su manera de hablar saltando de un tema a otro repentinamente, cuenta uno que otro chiste o recuerda una que otra historia graciosa, “and so on and so on”, –como acostumbra decir cuando no quiere alargarse con enumeraciones–; pero siempre guardando relación con la tesis que está exponiendo: la verdadera amenaza al “estilo de vida occidental” no son los inmigrantes, sino las dinámicas del capitalismo global (p.26).

Para tal fin, por ejemplo, comienza su obra por medio del diagnóstico de los cinco estados del duelo que padecen los pacientes terminales al saber que les queda poco de vida. Con éste ejemplo un poco oscuro, el autor muestra los discursos políticos respecto del terrorismo y la inmigración masiva, como si fueran las respuestas atormentadas de un enfermo de cáncer en las últimas etapas de su enfermedad: la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación.

En el primer capítulo de su libro, El Doble Chantaje, se ve el por qué Žižek incomoda a la izquierda porque es capaz de hablar honestamente y decirles que ellos lo tienen todo mal cuando se trata de los migrantes y que sus “buenas intenciones” no han hecho más que empeorar las cosas y hacernos víctimas de chantajes ideológicos por parte de los “liberales de izquierda”, que defienden a los migrantes por un lado; o por los “populistas antinmigración”, que ven en los migrantes africanos y árabes un problema para el “estilo de vida occidental o europeo”:

“¿Qué hacer, entonces, con los cientos de miles de personas desesperadas que aguardan en el norte de África o en las costas de Siria, que huyen de la guerra y el hambre e intentan cruzar y encontrar refugio en Europa? Nos encontramos aquí con dos respuestas principales que representan las dos versiones del chantaje ideológico cuyo objetivo es conseguir que nosotros, los destinatarios, nos sintamos irremisiblemente culpables. Los liberales de izquierda expresan su indignación ante el hecho de que Europa permita que miles de personas se ahoguen en el Mediterráneo: suplican que Europa muestre su solidaridad abriendo las puertas de par en par. Los populistas antiinmigración afirman que deberíamos proteger nuestro modo de vida y dejar que los africanos y árabes solucionen sus problemas solos. Ambas soluciones son malas, pero ¿cuál es la peor? Parafraseando a Stalin, las dos son las peores.

Los mayores hipócritas son aquellos que defienden abrir las fronteras: en su interior saben perfectamente que eso nunca ocurrirá, pues impulsaría una revuelta populista instantánea en Europa. Van de almas bellas que se sienten superiores al mundo corrupto mientras en secreto participan en él: necesitan este mundo corrupto, pues es el único terreno en el que pueden ejercer su superioridad moral. El motivo por el que apelan a nuestra empatía hacia los pobres refugiados que huyen a Europa lo formuló hace un siglo Oscar Wilde en las líneas iniciales de su obra ‘El alma del hombre bajo el socialismo’, donde señaló que “en el hombre resulta mucho más fácil suscitar emociones que inteligencia” (p.14).

Karikaturen / Flüchtlinge / Tomicek

Con ésto, Žižek advierte que la actitud de idealizar o de romantizar a los refugiados por parte de la izquierda liberal es más preocupante que los “partidos populistas de la derecha” porque no permiten ver claramente los aspectos incómodos de la “crisis de los refugiados”: los contrastes entre los valores occidentales y los de los miles que llegan a Europa desde África y Medio Oriente; la amenaza del terrorismo por parte de los migrantes; y las inevitables tensiones generadas por la competencia por empleos y recursos. Todo esto está relacionado entre sí.

Cuando la izquierda, por ejemplo, minimiza diciendo que los ataques terroristas como el ocurrido el 13 de noviembre de 2013 en París no fueron llevados a cabo por “verdaderos musulmanes” o se hacen acuerdos comerciales con países que apoyan o fomentan el terrorismo islámico en pro de sus propios fines geopolíticos, como Arabia Saudí; o se le entrega dinero a Turquía para “frenar el flujo de refugiados”; se termina trivializando la “guerra contra el terrorismo” y se cae en el chantaje ideológico que ubica a Europa en medio de extremos ideológicos y geopolíticos:

Este confuso contexto deja bien claro que la “guerra total” contra el EI no se debería tomar en serio: los grandes guerreros no van a por todas. Sin duda nos hallamos en medio de un choque de civilizaciones (el Occidente cristiano contra el islam radicalizado, pero de hecho los choques ocurren dentro de cada civilización: en el espacio cristiano tenemos a Estados Unidos y Europa occidental contra Rusia; en el espacio musulmán tenemos a los sunitas contra los chiitas. La monstruosidad del EI sirve como fetiche para encubrir todas estas luchas, en las que cada bando finge combatirlo para golpear a su auténtico enemigo.” (p.10)

Al mismo tiempo, la “nueva lucha de clases” del título pareciera ser para el autor la disrupción “esporádica” en la vida privada de los países del primer mundo a causa de la violencia terrorista que, gracias al capitalismo y a la globalización, los ubica al interior de una “cúpula” o al interior de un Palacio de Cristal –asemejando al Crystal Palace de la exposición universal de 1851 en Londres– que es visible para todos los que quedan afuera y que no pueden entrar por el hecho de haber nacido afuera. No obstante éste apacible “mundo interior del capital” –como reza el título de la obra de Peter Sloterdijik que cita Žižek (2016, p. 11)– es interrumpido ahora por el flujo de refugiados y por los ataques terroristas esporádicos, pero que para ellos son cotidianos.

No significa tampoco que se haya de sucumbir a los sentimentalismos que llevan a pensar que para solucionar el problema de los refugiados se tenga que decir, “¡Vengan todos los refugiados y todos los pobres del mundo!” –lo que posiblemente daría lugar a una revolución populista en Europa y así a su fin. Hay que entender que Žižek no quiere simplemente hacer un exámen diagnóstico del problema de los refugiados y de la respuesta que frente a esta se tiene en la cultura occidental, sino que pretende apelar a transformar la sociedad para que no sea necesario que más personas tengan que irse como refugiadas a otros países. Esto tampoco significa que se tenga que abolir el capitalismo y el libre mercado, sino que asuntos como la ecología o las migraciones de refugiados no deben estar supeditadas a los caprichos del libre mercado y del capitalismo global, como lo que permite el acuerdo ATCI (Asociación Trasatlántica para el Comercio y la Inversión), que supedita a los gobiernos a tomar decisiones que “no proceden del gobierno europeo”, obedeciendo las palabras de la comisaria de comercio Cecilia Malmström. Un efecto de estas políticas se ve, por  ejemplo, en cómo las cuestiones sociales o medioambientales terminan siendo dictadas por las corporaciones e inversores extranjeros para que no afecten sus intereses ni beneficios cuando se les permite demandar a los Estados a través del ADIS (Arbitraje de Diferencias Inversor-Estado). El autor ilustra este proceso en el título del capítulo, Un descenso al maelstrom, a partir del remolino gigantesco del relato de Poe de 1841 (p.21) como una analogía del capitalismo que se lo traga todo, incluso a la cultura y los efectos que puede traer para Europa (y posiblemente para el resto de lo que se conoce como occidente).

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Para éste filósofo que se autoproclama un pesimista y, por lo tanto, un negativista, la problemática del terrorismo y de la bien o mal llamada “crisis de los migrantes” en Europa, no se puede entender ni explicar en el presente entorno de lo políticamente correcto que la izquierda ha pretendido sembrar alrededor del tema, porque esto ha dado lugar a que se cristalicen los tabúes y que los partidos populistas de derecha se fortalezcan. Y esto es precisamente algo que incomoda a la izquierda respecto de sus ideas. De hecho, en el segundo ensayo, Romper los tabúes de la izquierda, el autor identifica los tabúes izquierdistas –“actitudes que hacen que algunos temas se conviertan en intocables y sea mejor dejarlos en paz” (p.23)—partiendo del primero, que es: la idea que todos los puntos de vista, incluso el punto de vista del enemigo se han de escuchar sólo por pensar que el enemigo es como una víctima más que no ha sido escuchada.

El segundo tabú que invita a desterrar es la equiparación que hace la izquierda de los “valores europeos” con el “colonialismo eurocéntrico”, porque  —más allá de “la responsabilidad (parcial) de Europa en la situación de la cuál huyen los refugiados” (p.25) —, en el nuevo orden del capitalismo mundial, son precisamente estos “valores europeos” —igualitarismo, derechos fundamentales, estado de bienestar— los que podrían ser usados para enfrentarse contra la globalización capitalista, que en el presente toma la cara de un capitalismo asiático, organizado siguiendo los que él llama “valores autoritarios”.

El tercer tabú que invita a abandonar es “la idea de que la protección de nuestro modo de vida es en sí misma una categoría protofacista o racista” (p.26) que dice, “si protegemos nuestro modo de vida, abrimos la puerta a la oleada antinmigración que campa por toda Europa”, puesto que desvía los ojos del capitalismo global como la verdadera amenaza y lo ubica en aquellos que proponen una “protección de nuestro modo de vida”, ignorando así las verdaderas preocupaciones de la gente común y radicalizándolas al punto de poder caer en el discurso propuesto por los “populistas antiinmigración”, que para Žižek, “supone una amenaza mayor que todos los migrantes juntos” (p.27).

El cuarto tabú que denuncia el autor es que toda crítica del Islam sea tachada, satanizada o criminalizada de “islamofóbica” y de justificar la violencia que los críticos del Islam provocan en contra de ellos mismos por “islamofóbicos”, porque la excesiva tolerancia que practican quienes ven en el modo de vida musulmán como una alternativa al capitalismo global, además de generar más exigencias de tolerancia por parte de los musulmanes, no ofrecen nada más que el modelo capitalista de países fundamentalistas islámicos como Arabia Saudí o Emiratos Árabes, los cuales en palabras de Žižek, son de los países “más integrados en el capitalismo global” y ni siquiera la versión “moderada” del Islam es una verdadera alternativa.

El quinto y último tabú que contradice Žižek es creer como preferible en las sociedades laicas europeas que se practiquen las religiones de manera “moderada” o no sincera a un fanatismo religioso “fundamentalista” o sincero, porque la práctica fundamentalista de una religión, como su versión moderada pueden ser igual de violentas, como cuando se justifican posiciones políticas en términos religiosos como la justificación del Estado de Israel con base en el Antiguo Testamento (p.32).

Precisamente en El obsceno envés de las religiones, presenta invita a hacer una crítica paralela de los peligros que puede traer tanto el fundamentalismo judío, como el cristiano y el musulmán. Un ejemplo del primero, se vio en el capítulo anterior en la justificación religiosa con base en apartes del Antiguo Testamento del Estado de Israel, los cuales si son leídos fuera de contexto pueden llegar al extremo de justificar el genocidio Palestino, asemejándose al de los Cananeos; del segundo tipo de violencia ritual, puede observarse en la violencia institucional que encubrió casos de pedofilia en la Iglesia Católica, como el caso de Jimmy Saville; un ejemplo del último fundamentalismo, son los sucesos de Rotherdam, en los que miembros de bandas pakistaníes sometieron a al menos 1400 menores a una explotación sexual durante varios años. Tal explotación sexual estuvo encubierta por el miedo a que los investigadores fueran considerados “racistas” en un ambiente político en que la izquierda intentó distraer la atención de los factores raciales detrás del crimen o excusando a los perpetradores por ser de una minoría discriminada y echando en cara los casos de pedofilia (Saville), demostrando con todo esto el racismo encubierto en el antirracismo, “pues de manera condescendiente trata a los pakistaníes como seres moralmente inferiores a quienes no habría de aplicar nuestros criterios morales” (p. 37). En todo caso, para Žižek se tiene que criticar todo fundamentalismo religioso y toda violencia institucional o ritualizada devenida de ellos de manera equivalente.

En Violencia Divina, el autor retoma la “violencia divina” de Walter Benjamin, entendida ésta como una violencia sin un objetivo político específico, pero con un potencial destructor excesivo como una forma de poder pretender entender –evitando toda “tentación hermenéutica” o afán de explicación–  la violencia y destrucción de las manifestaciones del #BlackLivesMatter en Ferguson, en los Banlieues de París o los “palestinos que apuñalan a israelíes con cuchillos”.

La violencia terrorista no se da en un vacío, sino que interactúa con las misma s dinámicas del capitalismo global y de las intervenciones militares, que juntas producen los movimientos masivos de masas de refugiados, que para ser analizados precisa de La Economía Política de los Refugiados. Se resaltan por Žižek, particularmente, las intervenciones militares en Irak, Afganistán, Libia, Siria y el oculto conflicto “étnico” en el Congo, pero que no es más que el fruto de la intervención de corporaciones extranjeras que buscan explotar sus recursos naturales indispensables para las altas tecnologías; o los efectos del capitalismo global en las economías locales alrededor de la agricultura, provocando una “crisis alimentaria” en países tales como Haití y Etiopía. En ambos casos de Intervenciones Militares o Capitalismo Global, bajo la forma de “Colonialismo Económico”, los poderes locales se degradan en los “Estados Fracasados” de los que sale el flujo de migrantes. A pesar de ésta responsabilidad que se le imputa comúnmente a Europa, Žižek ve que ésta no es plena y ve que la “Crisis de los Refugiados” hace parte de un juego geopolítico planificado que se adecúa a la división de clases del mundo árabe que es ocultada por la forma en que los medios de comunicación presentan la “crisis de los refugiados”, fuera de todo contexto político aparte de la “guerra y la devastación” que los trae a las costas griegas. El contexto geopolítico que queda fuera del panorama presentado por los medios es uno en el que hay profundas divisiones de clases en el mundo árabe, de manera tal que los países ricos (Arabia Saudí, Kuwait, Qatar, los EAU), a diferencia de los no tan ricos (Turquía, Egipto, Irán, etc.), son los países que son reacios a aceptar refugiados, pese a ser vecinos y tener cercanías culturales con los refugiados (p.59) o, a en muchos casos, ser instigadoras y beneficiarias de las crisis que generan los flujos de refugiados que no aceptan, ya sea porque financian a los grupos “terroristas” que desestabilizan la región; o porque se benefician en común del flujo de mano de obra barata que trabaja en condiciones que podrían calificarse como esclavitud. En Europa, el capitalismo global da pie a la esclavitud conformada por una mano de obra barata que es cada vez más protestada por parte de los trabajadores locales, quienes para Žižek ven en los “populistas antiinmigración” una voz a sus inconformidades.

La “nueva era de esclavitud” que se ha generado por la “crisis de los refugiados” desenmascara, para Žižek en De las guerras culturales a la lucha de clases… y viceversa, una paradoja al interior del capitalismo global:

La manera en que el universo del capital se relaciona con la libertad de movimiento de los individuos es, por tanto, inherentemente contradictoria: necesita individuos «libres» como mano de obra barata, pero al mismo tiempo necesita controlar sus movimientos, pues no se pueden permitir las mismas libertades y derechos para todos” (p. 64).

Ésta es una vez más la “la cúpula” a la que Žižek hizo referencia anteriormente para designar un sistema absolutamente ordenado de división entre aquellos al interior de la “casa de cristal” que dejaba por fuera a todas aquellas víctimas de la violencia cotidiana no sólo del terrorismo, sino también de la pobreza, el hambre e incluso de las catástrofes naturales. Ahora habla aquí de “nuevas formas de apartheid” entre quienes tienen libertad de movimiento, como los ciudadanos de la Unión Europea dentro del espacio Schengen; y los refugiados que llegan por centenares de miles a las costas europeas, naufragando muchos en el proceso, a engrosar las filas de la nueva esclavitud que mueve con más libertad a las mercancías. ¿Será que ahora los migrantes son mercancías?, sería una pregunta que Žižek podría invitarnos a hacernos, pero no lo hace. No textualmente.

Lo que sí hace analizar en términos lacanianos la distancia deseo-objeto de deseo entre el imaginario de Europa y la Europa a la que efectivamente llegan los inmigrantes para desenmascarar el tabú de que los migrantes se integrarán sin más a una Europa, que reproduce, a su manera, las mismas dinámicas y divisiones de clase del Medio Oriente que desconocen (p. 65). Los conflictos de clases se desplazan a formar los conflictos culturales, los cuáles dividen en enemigos a los que en otros contextos serían aliados naturales. Para ilustrar esto, Žižek dice que,

(l)a lucha feminista se puede articular en una cadena con la lucha progresista por la emancipación, o puede funcionar (y de hecho funciona) como una herramienta ideológica de las clases medias altas para afirmar su superioridad sobre las clases bajas «patriarcales e intolerantes». Y la cuestión aquí no es sólo que la lucha feminista se puede articular de diferentes maneras con el antagonismo de clase, sino que el antagonismo de clase se inscribe aquí de una manera doble: es la constelación de la propia lucha de clases lo que explica por qué las clases altas se apropiaron de la lucha de clases lo que explica por qué las clases altas se apropiaron de la lucha feminista. (Lo mismo se puede decir del racismo: es la dinámica de la propia lucha de clases lo que explica por qué el racismo directo es tan potente entre los trabajadores blancos de las clases más bajas. La lucha de clases es aquí la ‘universalidad concreta’ en el sentido estricto hegeliano: al relacionarse con su otredad (otros antagonismos) se relaciona consigo mismo, es decir que (sobre)determina la manera en que se relaciona con otras luchas” (p.71).

De éste modo, los conflictos culturales como el que se presenta por ejemplo entre los liberales laicos y los fundamentalistas religiosos, particularmente los de corte liberal; enmascaran la subyacente lucha de clases al disfrazarla de un choque de civilizaciones, dejando por fuera las preocupaciones de la gente común o, peor aún, culpándolas de la situación en que se encuentran los refugiados, algo que radicaliza sus prejuicios, acercándolos así a los “grupos populistas antiinmigración”, a los que Žižek tanto ve como una amenaza mayor al estilo de vida europeo que los mismos refugiados.

Y no es esa la única amenaza. En ¿De dónde procede la amenaza? se pregunta el autor en su octavo capítulo y nos presenta una respuesta de la mano de la reflexión cinematográfica. Primero en la película Junction 48 —de Udi Aloni— expone que la amenaza viene de dentro: de dentro de las comunidades de palestinos que practican los homicidios de honor a mujeres de su propia comunidad y que amenazan con la violencia o la expulsión del grupo a quien se atreve a criticar esta práctica, porque juega en favor de la idea sostenida por el invasor (Israel) para justificarse de que los palestinos son bárbaros y atrasados al llevar a cabo homicidios de honor. Por último, en la película Malcom X —de Spike Lee— la solución a éstas amenazas viene de dentro: la liberación de los negros viene de dentro de la comunidad. En ninguno de los dos ejemplos se necesita la intervención incómoda y condescendiente, que oculta, tras un manto de solidaridad y de universalidad de la moralidad de los derechos humanos, una idealización y un colonialismo del otro. No obstante, previene Žižek que no hay que caer en el otro extremo de pensar que el multiculturalismo y el anticolonialismo son ideales, porque se “encubre los antagonismos que hay dentro de cada uno de esos modos de vida en concreto, y justifica actos de brutalidad, sexismo y racismo como expresión de un modo de vida concreto que no tenemos derecho a medir con «valores occidentales» extranjeros” (p. 77).

En el caso de Europa, la amenaza y la solución viene de dentro, recalca Žižek. Específicamente, “el problema no son los extranjeros, sino nuestra propia identidad (europea)” (p.82), fundacional de la ideología unificadora detrás de Pégida, del Brexit o de los partidos de derecha antiinmigración europeos. El autor trae a colación a Victor Orban, quien se opone a la “democracia liberal consumista y multicultural”, por un lado; pero por el otro propende por un “capitalismo con valores asiáticos” y defiende la eventual sustitución de la democracia por un sistema político “imprescindible para nuestra supervivencia económica” (p. 80). Por otro lado, basado en una noticia de broma como si fuera de Actualidad Panamericana, pero que revela que en la idea antiinmigración subyace una fantasía nativista por la cuál cada grupo étnico tiene una “Nativia”, o sea, el lugar al que “(…) pertenecen las personas que nos molestan” (p. 83). Idea que ya se ha utilizado anteriormente con otro nombre para justificar el Apartheid en la forma de “bantustanes”, reservas para los “bantúes”, esto es los habitantes negros a quienes eventualmente se les daría la “independencia” para volver a sus territorios al quitárseles la ciudadanía y reservarlos en lugares arbitrariamente escogidos por no contener recursos naturales importantes. Al final de éste capítulo, se hace una pregunta definitiva: “(…) si un estado palestino surgiera en Cisjordania, ¿no sería precisamente un bantustán, y su «independencia formal» no serviría para liberar al gobierno israelí de cualquier responsabilidad con respecto al bienestar de la gente que viviera allí?” (p.84).

Otra fantasía bienintencionada que puede derivar en atrocidades es, para el filósofo, aquella del “prójimo”. En Los límites de amor al prójimo Žižek sospecha en contra de la idealización posmoderna que coloca al Prójimo, al otro, en un pedestal. En el afán globalizador de acercar a todos, se ha olvidado los conflictos e incompatibilidades que pueden estar subyacentes y llegar a hacerse latentes entre muchos individuos y grupos. Por ejemplo, en un afán humanizador de todo, se pueden justificar crímenes como la demolición de una casa de palestinos en el 2003 arguyendo que lo hicieron con amabilidad, ya que ayudaron a sacar antes los muebles y enseres de la casa, como si esos actos que se presentan como “humanos” pudieran minimizar la gravedad de los actos.

De hecho, para el esloveno no sólo el Prójimo es un abismo infranqueable, sino el propio individuo es infranqueable para sí mismo. Por lo tanto, en el momento en que comprende que no se puede comprender a sí mismo, es que es posible que haya un acercamiento con el otro. El acercamiento con el otro no se puede hacer basado en una simpatía o en una comprensión impuestas, sino en ver que el Prójimo es tan inhumano como lo soy yo. ¿Y cómo se hace eso? Žižek plantea jocosamente que la burla es una forma de acercarnos mutuamente, al reírnos de la “mutua falta de (auto)comprensión”, que puede incluir las bromas más políticamente correctas. Por eso no basta simplemente en proclamar condescendientemente “los pobres son buenos porque son pobres”, sino en entender que los pobres o los refugiados son como nosotros porque son más o menos igual de malos, un poco igual de violentos, tal vez igual de humanos y en lugar de ayudarlos por lástima o

“(…) compasión hacia su sufrimiento (…) deberíamos ayudarlos porque es nuestro deber ético hacerlo, porque no podemos no hacerlo si queremos seguir siendo personas decentes, pero sin ese sentimentalismo que se rompe en el momento en que comprendemos que la mayor parte de los refugiados no son «personas como nosotros» (no porque sean extranjeros, sino porque nosotros mismos no somos «personas como nosotros»)” (p.95).

The Hateful Eight es la película de Tarantino; Los Odiosos Mil en Colonia es el penúltimo capítulo del libro, en el cuál nos recuerda los ataques sexuales en la noche de año nuevo del 2015 en Colonia para traer a colación una vez más la idea que venía del anterior capítulo de que el sufrimiento a las peores pruebas (la enfermedad, la pobreza, la muerte) no es causa de redención ni nos hace milagrosamente capaces de una mejor moralidad. Apenas son la encarnación de diferentes tipos de subjetividad: el del sujeto liberal-democrático de clase media “civilizado” occidental, los refugiados-migrantes que anhelan integrarse en el sueño de occidente y los nihilistas facistas (p.97). A menudo se piensa que los ataques terroristas del ISIS son una expresión de fundamentalismo islámico, pero más allá de eso son en el fondo las muestras de una violencia de clase encubierta por el miedo inherente a la ideología de la clase media occidental, la cual al mismo tiempo que postula la superioridad de sus valores morales universales, teme ser reemplazada por los excluidos por la producción y el consumo del capitalismo global. Pero ese reemplazo es muy poco probable y la violencia terrorista no tiene un potencial revolucionario, sino que es “una pura expresión de la pulsión de muerte” (p.99) que se fundamenta en la envidia facista del migrante excluido por el capitalismo, y que se subjetiva (enmascara) en los discursos religiosos.

Desafortunadamente, cuando los medios reportan, ocultan este hecho por sus ánimos de mostrar en la mejor luz a los refugiados. Los muestran ya sea como seres ejemplares y civilizados o como brutales incivilizados, sin especificar que lo que en unos es una expresión de su clase media “civilizada” en los otros es una expresión exagerada de la brutalidad propia a fin de chocar a las clases medias que en su recato no toleran una revolución armada directa. El punto, recalca Žižek, “(…)no consiste en enseñarles lo que ya saben, sino en cambiar su envidia y agresividad vengativa”, ya que así es como van a obtener la verdadera libertad y protección de sus derechos, en lugar de la persecución represiva.

¿Qué hacer? Es la última pregunta que se formula el autor, mas no contentaría a los izquierdistas anarquistas por sus propuestas. Coquetea por un segundo con la militarización y seguidamente ve como utópica la consigna de “¡Abajo las fronteras!”. De hecho, formula la imposibilidad de la ausencia de control para el “estado de emergencia” que se cierne sobre Europa en caso de que se de paso libre y desorganizado a miles de personas. De tal modo que propone que las normas de inmigración sean claras y explícitas para conciliar las intenciones de los refugiados de entrar y la capacidad de acogida; algo que se ve truncado cuando los estilos de vida de las diferentes comunidades chocan, dada la falta de normas o presupuestos básicos europeos que serían inmodificables, so pena de aplicar la fuerza de la ley. De esto se trata, para Žižek, el conflicto entre las culturas.

Sin embargo, nos advierte no caer en la pregunta capciosa de cuán tolerante se puede ser, porque eso nunca será suficiente dado que se dejarán de aplicar los valores considerados como fundamentales en una lucha contra el capitalismo global, en el que ls refugiados son parte del precio que se paga. Pero el verdadero precio viene de la destrucción de los vínculos y de las locales, tradicionales y autosuficientes que arrancó la colonización. Ahora, el paradigma es diferente y la solución a los problemas del medio ambiente, las crisis económicas, los conflictos globales, etc. Sólo pueden ser solucionadas ahora gracias a la cooperación global en un mundo global  que protegen los bienes comunes de la humanidad y que en otras épocas, erróneamente o no, se habrían considerado como soluciones comunistas: el bien común de la cultura (capital cognitivo: el lenguaje, infraestructura compartida de transportes, electricidad, correos, etc), de la naturaleza exterior (amenazada por la polución y la explotación), de la naturaleza interior (la herencia biogenética de la humanidad) y de la propia humanidad (pp. 119-121). Bienes en peligro por el capitalismo generador de nuevas formas de apartheid superables sólo a través de la solidaridad global. “Quizá sea una utopía, pero si no luchamos por ella, estaremos realmente perdidos, y merecemos estar perdidos”, concluye el siempre negativo de Žižek. Habrá de verse si tiene finalmente la razón.

 

Bibliografía.

Žižek, Slavoj (2016). La nueva lucha de clases. Los refugiados y el terror. Barcelona: Anagrama .

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El miedo y el discurso de la seguridad como armas de control social: Reflexiones desde Durkheim, Weber y Foucault

Por Alabama Monroe y Transmillennium

El ser humano vive en la constante búsqueda de alivios momentáneos de la existencia. Uno de los componentes de la existencia del ser humano es el miedo, pero éste es un sentimiento o concepto parcialmente adquirido a lo largo de la vida del mismo. Si bien se ha llegado a afirmar que el miedo es un instinto inherente al ser humano, es decir que nace y muere con el mismo hombre, la mayoría de componentes y conceptos del miedo son impuestos y se manifiestan en la superestructura social que determina al individuo.

Mediante este ensayo se pretende evidenciar cómo el miedo y el discurso de la seguridad funcionan como mecanismos de control social. Para dar respuesta a este planteamiento, se examinarán las perspectivas teóricas de Durkheim, Weber y Foucault, específicamente sobre las siguientes cuestiones: ¿Es la criminalidad un constructo inventado por el Estado para ejercer un control social?; ¿Es el derecho penal una herramienta de control social a través del miedo y el discurso de la seguridad o es realmente la solución definitiva a las problemáticas sociales?; ¿Son el miedo y la seguridad soluciones reales a las problemáticas sociales?

La conducta social siempre se ha movido entre los extremos de hacer lo que se quiere o hacer lo que se debe. Muchas veces éstos fines no se cruzan, sino que se oponen, por lo que se presentan conflictos. En ese orden de ideas, los seres humanos hemos inventado mecanismos para mediar en estos conflictos y evitar que su magnitud supere unos parámetros aceptables, hasta el punto de poner en peligro la vida de un conjunto de individuos. Unos de estos mecanismos es hacer uso del miedo –en especial del miedo al dolor, al castigo, a la muerte o a un ser superior– para que hacer lo que se debe y/o lo que se quiere por aquel o aquellos que usan el miedo. Un ejemplo básico y un poco inocente lo vemos cuando a un niño chiquito su mamá le pide que se porte bien de lo contrario viene un monstruo y lo asusta, siendo ella plena conocedora de que los monstruos en realidad no existen, pero ¿nace el niño conociendo el concepto de lo que es un monstruo y lo que este le puede causar? ¿O por el contrario ese concepto se va construyendo gracias a estímulos externos impartidos cultural y políticamente?

Caravaggio – Medusa

Podemos resaltar tres cosas en el ejemplo anterior: (i) El miedo no es necesariamente natural al ser humano, ya que es un concepto que se crea a partir de otros conceptos preestablecidos; (ii) la autoridad –en éste caso la madre– utiliza el miedo como mecanismo de control sobre el sujeto –el niño– para que este responda positivamente a algo que quiere; y (iii) el miedo al castigo tiene diferentes objetos (un castigo físico, un monstruo, el infierno, etc).

De éste modo, se podría retomar el concepto de “Hecho Social” para afirmar que el miedo es su manifestación más elemental. Durkheim definió los Hechos Sociales como “formas de obrar, pensar y sentir, exteriores al individuo y están dotados de un poder de coacción en virtud del cual se imponen” (Durkheim, 1895, pp. 38-39). De acuerdo con tal definición, vemos que el miedo –ya sea al Sandman nocturno, al Infierno dantesco o a una “Colombia castrochavista”– no son más que manifestaciones de formas de obrar pensar y sentir exteriores al individuo y que pretenden imponérsele para coaccionar su conducta: hacer que el niño haga las tareas, que no pequemos o que votemos por el candidato que amenaza con una antiutopía si no se le elige en las próximas elecciones.

Ésta coacción que ejerce el hecho social del miedo se puede manifestar por medio de diferentes funciones sociales, entendidas éstas como la relación de correspondencia entre los movimientos vitales de los individuos y las necesidades del colectivo social (Durkheim 1892, pp. 49). Tales funciones sociales del miedo, podemos decir, se manifiestan de diferentes maneras en función de sus esferas de acción:  i. Esfera individual o ética; ii. Esfera familiar; iii. Esfera religiosa; iii. esfera legal y iv. esfera política.

No obstante, más allá de las diferentes esferas en que se observa al miedo, se ve que éste permea todas sus esfera y construye en común de ellas una especie de conciencia colectiva cuya vida propia informa la conciencia de los individuos y regula sus conductas. Es aquí donde se constata una vez más que el control del miedo no es sólo extrínseco al individuo, porque el miedo que lo controla no viene sólo desde una autoridad que se le impone por la fuerza desde fuera, sino que ésta fuerza es interiorizada y se manifiesta en sus miedos e incluso en su sentimiento de culpa cuando sabe que actúa en contra de alguna norma. Por lo tanto, es menester entender la conciencia colectiva que coge forma en la cultura, conceptualizada esta a partir de Weber como, “tramas de significación” que el mismo hombre ha tejido para darle sentido a su realidad.

En tal contexto cultural, de acuerdo con Weber, se encuentran diferentes tipos de autoridad que ejercen su control del miedo de manera diferente. En primer lugar, la autoridad carismática, cuya base es la lealtad a una figura que suscita un respeto casi místico y arbitrario, porque no es mayor que cualquier poder terrenal, como es el caso del Dios todopoderoso y vengativo que castiga a justos como a pecadores. En segundo lugar, la autoridad tradicional teniendo como eje un componente axiológico; un ejemplo de este tipo de autoridad es la familia, como la del ejemplo de la madre que le cuenta un cuento a su hijo para inducir una conducta esperada. En tercer lugar, se encuentra la dominación legal-racional que se impone siempre a partir de leyes y normas abstractas que requieren de un sistema estatal-burocrático para conseguir su aplicación (Weber 1964).

Es en éste último tipo de autoridad en el que se muestra y se afirma que el uso de la violencia y del miedo son instrumentos bárbaros del pasado, pero luego se nos revela que le son intrínsecos y que están ocultos detrás del manto de la legalidad y de la racionalidad que en muchos casos se pretende “democrático”. Después de todo, ¿qué norma no requiere del miedo a la amenaza real o implícita de violencia para su obediencia? Quien responde ésto es Foucault, para quien las relaciones de poder permean todo el entramado de relaciones sociales desde lo privado de la sexualidad, pasando por los castigos penitenciarios y en instituciones psiquiátricas, hasta el lenguaje público de los políticos en campaña.

Lo que empezó siendo el poder represivo de las prisiones se transformó con el tiempo en el poder disciplinario, en el poder que controla lo que el individuo piensa e incluso lo que es, porque en instituciones como la escuela o la institución psiquiátrica se controla no sólo el cuerpo de los individuos, sino también sus mentes a partir de una regulación minuciosa de su tiempo a fin de guiarlo a la producción, de modo tal que el individuo que no se ajuste a éstos parámetros de “normalidad” es institucionalizado: recluido o excluído (Foucault 1986). El poder y el miedo a la coacción son el elemento esencial de los sistemas y ordenamientos de normas porque sin el miedo a la amenaza de violencia, la ley y las normas se vuelven sólo palabras.

A lo largo de éste ensayo se ha hecho un tratamiento del miedo como un medio de control social a partir de conceptualizar como un Hecho Social en términos de Durkheim. Luego, por medio de la teoría de Weber, se observó brevemente cómo las diferentes funciones sociales del Hecho Social Miedo se manifiestan de diferente manera en la regulación del comportamiento. Por último, se hizo un paralelo entre la organización racional-legal de Weber y el Poder Disciplinario de Foucault para decir que el miedo social es un hecho inescapable de la organización del Estado moderno.

Crecientemente con los escándalos de los #FakeNews, la #Postverdad y la manipulación de la opinión pública en las redes sociales, se ha venido exacerbando una actitud de duda, rechazo y desconfianza hacia diversas fuentes y actores generadores de inseguridad o miedo generalizado, los cuales pueden ser o no inventados por diversos individuos o grupos poseedores de capitales económicos, sociales, culturales y políticos, en pro de sus intereses en el aumento de dichos capitales, por medio del uso de lo que denomino el Discurso de la Seguridad. Éste advertido discurso, que evoca un poco a los Ministerios del Amor y de la Verdad orwellianos, consiste en la generación de un estado constante de zozobra en los sujetos normativos a fin de lograr de ellos una mejor lealtad u obediencia. El Discurso de la Seguridad se hace visible en la creciente desconfianza que se tiene frente a las cifras y a los medios de comunicación, los cuales han hecho pronósticos electorales errados o simplemente no son tan imparciales como se presentan, ya que ellos pertenecen a los mismos grupos que pretenden aumentar sus propios capitales políticos. No obstante, lo que lo hace más insidioso no es la mentira, sino es que se establece como un discurso legítimo de miedo equiparable a la Ley y al Derecho, pero que resulta más antidemocrático porque llama a cruzadas contra enemigos creados de la nada para generar consenso en las propias filas y reacciones que van desde la pasividad hasta la violencia más sectaria y corrosiva.

El Discurso de la Seguridad lleva a reflexionar sobre la legitimidad de las legislaciones, especialmente sobre las legislaciones más punitivas. Si bien se considera que el Derecho Penal es la última ratio de los sistemas jurídicos, bajo un régimen dominado por el Discurso de la Seguridad, se hace visible que reina un Derecho Penal del Enemigo, o sea, un Derecho Penal en el que etiquetar a una persona o grupo trae consecuencias injustas tales como la intervención del derecho penal en casos en lo que una conducta se castiga aún si ésta no vulnera el derecho de nadie, sino por el simple hecho de que esa conducta fue realizada por un individuo o grupo que se ha tachado de “enemigo”, por potencialmente peligroso. (Reyes Alvarado, 2007). La etiqueta de “enemigo” evoca la represión que Foucault describió sucede bajo el poder disciplinario del hospital psiquiátrico, por medio del cual muchas veces se patologizó a los opositores de los regímenes políticos reinantes y se les recluyó, clasificándolos bajo las etiquetas más cientificistas de una pseudosiquiatría opresivamente torturante. Efectivamente, bajo un régimen dominado por el Discurso de la Seguridad en el que el miedo es la ley, la criminalidad se vuelve nada más que el constructo inventado por el Estado para ejercer un control social que puede ejercerse ilimitadamente, como ha sucedido en los peores sistemas totalitarios a lo largo de la historia. La Ley hace al criminal, no sus actos.

Igualmente, el Discurso de la Seguridad da lugar a la creación de los mismos problemas que pretende mitigar como se ve en la creación y renovación de entes criminales que perturban y alteran el funcionamiento armónico de una sociedad; en la creación de un estado policivo que se autolegitima a través de la represión y que vive de la corrupción que es producto de la ineficacia normativa que dejan los diferentes vacíos de tipificación y mal ejercicio de los funcionarios encargados de impulsar los procesos. 

“Aquellos que sacrifican libertad por seguridad no merecen tener ninguna de las dos.” Aquella famosa frase de Benjamin Franklin funciona aquí como una advertencia y una premonición de lo que ha sucedido y puede suceder cuando el Discurso de la Seguridad convierte al miedo en Ley. A menudo se llega a pensar erróneamente, en función de las insidiosas medias verdades de la estructuras, que la seguridad es la única cura contra el miedo, pero cuando el Miedo es el medio de control social imperante por parte de aquellos que tienen el poder, el control se puede salir de control, no hay quien vigile a los vigilantes ni juez que juzgue a los jueces.

Algunos dirán que ésta elegía es propia de conspiracionistas sin fundamentos en la realidad. Ojalá fuera así, pero la historia ha demostrado los peligros que puede traer el llegar a los mayores extremos del Discurso de la Seguridad y la Ley del Miedo. No se propone aquí la fobofobia sino que se debe comprender al miedo más allá de una simple emoción que se siente cuando se ve al monstruo al interior del armario, sino también en el mayor elemento de control, más peligroso que las armas, el control de las mentes.

Dado que el discurso de la seguridad se mantiene vigente gracias a la ignorancia, por medio de la cuál se produce una renovación constante de la figura del enemigo, que mantiene en un estado de apabullamiento permanente a los súbditos de éste opresivo aparato de control. En ese orden de ideas, así como los miedos individuales van transmutando, los miedos familiares, éticos, religiosos, legales y políticos también lo van haciendo, y por esa razón para los entes de control es necesario mantener en la ignorancia a las personas. Si el conocimiento es poder, la ignorancia es impotencia. Tal como se teme lo que se desconoce, la verdad es victoria. Veritas omnia vincit.

Bibliografía.

Durkheim, E. (1895). Las Reglas del Método Sociológico. Ediciones Orbis.

Durkheim, E. (1892). De la División del Trabajo Social. Editorial Schapire.

Foucault, M. (1986). Vigilar y castigar. Madrid: Siglo XXI Editores.

Reyes Alvarado, Y. (2007). Normativismo y derecho penal del enemigo. Revista de Derecho Penal. Nº 19 Abr.-Jun. Disponible en <http://legal.legis.com.co/document?obra=rpenal&document=rpenal_7680752a8078404ce0430a010151404c> Consultado en 23.04.18.

Weber, M. (1964) Economía y sociedad: Esbozo de sociología comprensiva, Fondo de Cultura Económica, México, D. F.

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ACCIÓN DE TUTELA: COMPETENCIA DE TRIBUNALES CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO, SUPERIOR Y CONSEJO SECCIONAL DE LA JUDICATURA (S.D.)

  1. AUTORIDADES PÚBLICAS DEL ORDEN NACIONAL – SECTOR CENTRAL

 

 

  • Presidencia de la República
  • Vicepresidencia de la República
  • Consejo Superior de la Administración
  • Ministerios
  • Departamentos Administrativos
  • Superintendencias sin personería
    • Superintendencia de valores (Min. Hcda)
    • Superintendencia General de puertos ( Min. Transporte)

Ø  Unidades Administrativas sin Personería

  • Universidad Militar Nueva Granada (Min. Defensa)
  • Comisión Reguladora de Energía y Gas ( Minas y Energía)
  • Junta Central de Contadores ( Min. Educación)
  • Dirección general de Cooperación internacional ( Min. Educación)
  • Escuela Nacional del Deporte ( Min. Educación)
  • Unidad Administrativa Especial para el Sistema de Parques Nacionales Naturales ( Min. Ambiente)
  • Comisión de Regulación de Telecomunicaciones ( Min. Comunicaciones)
  • Museo Nacional ( Min. Cultura)
  • Biblioteca Nacional ( Min. Cultura)
  • Instituto Colombiano de Antropología ( Min. Cultura)

 

2.   OTRAS AUTORIDADES  Y ORGANISMOS NACIONALES

  • Banco de la República
  • Registraduría Nacional
  • Contraloría general de la República
  • Procuraduría General de la República – Defensoría del Pueblo ( ley 24/92)
  • Auditoria General de la Nación (Dcto 272/2)
  • Comisión Nacional de Televisión

COMPETENCIA JUZGADOS DE CIRCUITO

 

  1. AUTORIDADES PÚBLICAS DEL ORDEN DEPARTAMENTAL.

 

 

2. SECTOR DESCENTRALIZADO POR SERVICIOS

 

  • ESTABLECIMIENTOS PUBLICOS
    • Archivo General de la Nación ( Min. Interior)
    • Fondo para la participación y el fortalecimiento democrático (Dcto 2546/99) -fondo de desarrollo comunal- (antes) ( Min. Interior)
    • Reconstrucción de la Cuenca del Río Paéz y zonas aledañas “Nasa Kiwe” ( Dcto 2546/99) ( Min. Interior)
    • Dirección Nacional de Derechos de Autor ( Min. Interior)
    • Fondo Rotatorio del Ministerio de Relaciones Exteriores Min. Relaciones Exteriores)
    • Fondo de Seguridad de la Rama Judicial y del Ministerio Público ( Min. Relaciones Exteriores)
    • Inpec ( Min. Justicia)
    • Caja de Previsión Social de la Superintendencia Bancaria ( Min. Hacienda)
    • Caja de Vivienda Militar (Min. Defensa)
    • Caja de Retiro de las Fuerzas Militares ( Min. Defensa)
    • Caja de Sueldos de Retiro de la Policía Nacional ( Min. Defensa)
    • Club Militar ( Min. Defensa)
    • Defensa Civil Colombiana ( Min. Defensa)
    • Fondo Rotatorio de la Armada Nacional ( Min. Defensa)
    • Fondo Rotatorio del Ejército ( min. Defensa)
    • Fondo Rotatorio de la Fuerza Aérea Colombiana ( Min. Defensa)
    • Fondo Rotatorio de la Policía Nacional ( Min. Defensa)
    • Hospital Militar Central ( Min. Defensa)
    • Instituto de Cajas Fiscales del Ejército ( Mindefensa)
    • Incora ( Min. Agricultura)
    • Inat ( Min. Agricultura)
    • Instituto Geográfico Agustín Codazzi – IGAC (DANE)
    • Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura INPA ( Min. Agricultura)
    • Fondo de Confinanciación para la inversión rural ( Min. Agricultura)
    • Comcaja (Min. Agricultura)
    • ICA ( Min. Agricultura)
    • Fondo de Previsión Social del Congreso de la República ( Min. Trabajo)
    • SENA ( Min. Trabajo)
    • C.B.F. ( Min. Salud)
    • Instituto Nacional de Salud
    • Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos –  Invima ( Min. Salud)
    • Inurbe ( Min. Desarrollo Económico)
    • Instituto de Investigación e información Geo- Científica, Minero-ambiental y Nuclear ( Min.  Minas )
    • Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energética, IPSE ( Min. Minas)
    • Instituto Colombiano de la Participación, Jorge Eliécer Gaitán ( Min. Educación)
    • Colegio de Boyacá ( Min. Educación)
    • Colegio Integrado Nacional Oriente de Caldas ( Min. Educación)
    • Colegio Mayor de Antioquia ( Min. Educación)
    • Colegio Mayor de Bolívar ( Min. Educación)
    • Colegio Mayor del Cauca ( Min. Educación)
    • Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca ( Min. Educación)
    • Instituto Caro y Cuervo ( Min. Educación)
    • ICETEX ( Min. Educación)
    • ICFES ( Min. Educación)
    • Instituto Colombiano de Investigación Cultural ( Min. Educación)
    • Instituto Nacional para Ciegos ( Min. Educación)
    • Instituto Nacional para Sordos ( Min. Educación)
    • Instituto Tecnológico Pascual Bravo de Medellín ( Min. Educación)
    • ISER ( Min. Educación)
    • Instituto de Educación Técnica Profesional de Roldanillo ( Min. Educación)
    • Instituto Tolimense de Formación Técnica Profesional ( Min. Educación)
    • Instituto Técnico Central ( Min. Educación)
    • Universidad de Caldas ( Min. Educación)
    • Universidad del Cauca ( Min. Educación
    • Universidad de Córdoba ( Min. Educación)
    • Universidad Nacional ( Min. Educación)
    • Universidad Pedagógica Nacional ( Min. Educación)
    • Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia ( Min. Educación)
    • Universidad Surcolombiana ( Min. Educación)
    • Universidad del Cesar ( Min. Educación)
    • Universidad Tecnológica del Chocó “ Diego Luis Córdoba” ( Min. Educación)
    • Universidad Tecnológica de Pereira ( Min. Educación)
    • Universidad de la Amazonía ( Min. Educación)
    • Universidad Tecnológica de los Llanos Orientales ( Min. Educación)
    • Instituto Nacional de Educación Técnica Profesional de San Andrés y Providencia ( Min. Educación)
    • Instituto Técnico Agrícola de Buga ( Min. Educación)
    • Instituto Nacional de Formación Técnica Profesional de Ciénaga ( Min. Educación)
    • Instituto Nacional de Formación Técnica Profesional de San Juan del Cesar Educación)
    • Coldeportes ( Min. Educación)
    • Instituto para el desarrollo de la democracia “Luis Carlos Galán”
    • Fondo de Pasivo Social de Ferrocarriles Nacionales de Colombia ( Min. Educación)
    • INVIAS ( Min. Transporte)
    • Instituto Colombiano de Investigación Cultural ( Min. Cultura)
    • Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales – IDEAM ( Min. Ambiente)
    • Fondo Rotatorio del Departamento de Seguridad ( DAS)
    • Fondo Rotatorio del DANE ( DANE )
    • ESAP ( Función Pública)
    • Colciencias ( Planeación Nacional)

 

  • EMPRESAS INDUSTRIALES Y COMERCIALES DEL ESTADO
    • Imprenta Nacional ( Min. Justicia y del Derecho)
    • Indumil ( Min. Defensa)
    • Satena ( Min. Defensa)
    • Prosocial ( Min. Trabajo )
    • S.S ( Min. Trabajo)
    • Cajanal ( Min. Trabajo)
    • Fondo Nacional del Ahorro (Min. Desarrollo )
    • Ecopetrol ( Min. Minas y Energía)
    • Minercol ( Min. Minas y Energía)
    • Ecogas ( Min. Minas y Energía)
    • Adpostal ( Min. Comunicaciones)
    • Telecom ( Min. Comunicaciones)
    • Audiovisuales ( Min. Comunicaciones)
    • Inravisión ( Min. Comunicaciones)
    • Ferrovias ( Min. Transporte)
    • Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo- FONADE ( Planeación Nacional)

 

  • SUPERINTENDENCIAS CON PERSONERIA       
  • Superintendencia de Notariado y Registro ( Min. Just, y del Derecho)
  • Superintendencia Nacional de Salud ( Min. Salud)
  • Superintendencia de Industria y Comercio Desarr. Ecónom.)
  • Superintendencia de Subsidio Familiar ( Minis. Trabjo y Seg)
  • Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada ( Minis. Defensa)
  • Superintendencia bancaria ( Hacda y Créd. Pbco)
  • Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios ( Desarr. Econó.)
  • Superintendencia de Sociedades ( Desarr. Económ.)

 

  • UNIDADES ADMINISTRATIVAS CON PERSONERIA
  • Dirección de Asuntos Indígenas ( Min. Interior)
  • Dirección Nacional de Estupefacientes ( Min. Justicia)
  • Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales ( Min. Hacienda)
  • Contaduría General de la Nación ( Min. Hacienda)
  • Unidad de Planeación Minero- Energético ( Min. Minas y Energía)
  • Fondo Nacional Ambiental ( Min. Ambiente)
  • Fondo Ambiental de la Amazonía ( Min. Ambiente)
  • Aeronáutica Civil ( Min. Transporte)
  • Unidad de Información y Análisis Financiero ( Dcto 526/99) ( Min. Hacienda)
  • Fondo de Comunicaciones ( Min. Comunicaciones)

 

  • EMPRESAS SOCIALES DEL ESTADO
  • Instituto Nacional de Cancerología ( Min. Salud)
  • Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta ( Min. Salud)
  • Sanatorio de Agua de Dios ( Min. Salud)
  • Sanatorio de Contratación ( Min. Salud)

 

  • SOCIEDADES DE ECONOMIA MIXTA

 

  • La Previsora ( Min. Hacienda)
  • Fiduciaria la Previsora ( Min. Hacienda)
  • Findeter ( Min. Hacienda)
  • Corporación de la Industria Aeronáutica Colombiana ( Min. Defensa )
  • Hotel San Diego S.A. ( Min. Defensa)
  • Banco Agrario ( Min. Agricultura y Desarrollo Rural )
  • Almagrario S.A. ( Min. Agricultura y Desarrollo Rural)
  • Vecol S.A ( Min. Agricultura y Desarrollo Rural))
  • Corfigan S.A. ( Min. Agricultura y Desarrollo Rural))
  • Corporación de Abastos ( Min. Agricultura y Desarrollo Rural)
  • Finagro ( Agricultura y Desarrollo Rural)
  • Bancafé (Agricultura y Desarrollo Rural)
  • Ecosalud S.A ( Min. Salud)
  • Artesanías de Colombia ( Min. Desarrollo Económico)
  • Fondo Nacional de Garantías ( Min. Desarrollo Económico)
  • Instituto de Fomento Industrial – IFI – ( Min. Desarrollo Económico)
  • IFI Leasing S.A. ( Min. Desarrollo Económico)
  • Corporación Financiera de Desarrollo ( Min. Desarrollo Económico)
  • Banco de Comercio Exterior ( Min.  Comercio Exterior)
  • Fiduciaria de Comercio Exterior – Fiducoldex ( Min. Comercio Exterior)
  • Empresa Multipropósito de Urrá, URRA S.A. ( Min. Minas y Energía)
  • Financiera Energética Nacional A. – FEN- ( Min. Minas y Energía)
  • Corelca S.A. ( Min. Minas y Energía)
  • Isagen S.A. ( Min. Minas y Energía)
  • Carbocol S.A. ( Min. Minas y Energía)
  • ISA ( Min. Minas y Energía)
  • Corporación del Río Grande de la Magdalena ( Min. Medio Ambiente)

 

 

COMPETENCIA – JUZGADOS MUNICIPALES

 

  1. AUTORIDADES PÚBLICAS DEL ORDEN MUNICIPAL
  2. PARTICULARES

 

 

Este cuadro fue elaborado por la Relatora y otros funcionarios del Tribunal Administrativo del Norte de Santander.

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La ahistoricidad de los argumentos pro-inmigración masiva

Se puede ver que la inmigración no es un fenómeno nuevo en los territorios de Europa y de Colombia debido a su pasado colonial – los países europeos como Francia, Inglaterra y España, como colonizadora; y Colombia como colonia – lo que nos obliga a preguntarnos en paralelo si los movimientos migratorios contemporáneos hacia estos territorios se justifican de la misma manera o si existen diferencias. Para intentar responder a esta «problemática», es necesario analizar, en primer lugar, la historia de las justificaciones históricas que brinda el pasado colonial de países con un pasado colonizador, como los países europeos; y de Colombia, como un país con un pasado colonizado; en segundo lugar, veremos algunos argumentos posibles en contra de esta historia para finalmente concluir que las peculiaridades históricas del pasado colonial de los países Europeos y Colombia no permiten argumentar a favor de una inmigración masiva en sus territorios, teniendo en cuenta que los dos países han sufrido rupturas en su historia que no permiten hablar de una responsabilidad colectiva que hace de la inmigración una forma de retribución por los errores de un pasado que no pertenece a las diversas poblaciones que viven hoy estos dos países.

«La demografía es el destino», un aforismo comúnmente atribuido a Auguste Compte, a menudo es utilizado por ciertas posiciones políticas para decir que con las actuales tendencias demográficas Europa ya no será Europa en el futuro debido a la diferencia entre las cifras actuales de inmigración y las tasas de fertilidad de los países de la Unión Europea, «donde la fertilidad es menor». En contraste con esta posición, es la de aquellos que defienden la inmigración, –especialmente en Francia, Inglaterra o España– proveniente de poblaciones que históricamente han sido colonias como una fuente de mano de obra necesaria para apoyar a la industria y el retiro de una población que está envejeciendo rápidamente.

Por otro lado, la crisis en Venezuela llevó a un replanteamiento de la política migratoria colombiana para permitir el tránsito y la permanencia de los ciudadanos que escapan de la crisis política en el país vecino con la justificación de que Colombia y Venezuela comparten una historia común habiendo visto que éstos países formaron parte del Reino de Nueva Granada bajo el control colonial de la Corona española desde 1550 hasta 1819, después de las guerras de independencia donde Simón Bolívar, oriundo de Caracas, desempeñó el papel de «Libertador».

La ruptura del pasado colonial con el presente ocurrió cuando los imperios desaparecieron. No podemos decir que todos los países europeos fueron potencias colonizadoras. No podemos decir que la actual República Francesa es la misma que el Primer y Segundo Imperio Colonial Francés porque ahora estamos hablando de un régimen «democrático» y antes de que la monarquía fuera la que conquistara y colonizara los territorios de los cuales los inmigrantes vienen hoy. No se puede decir que la República de Colombia hoy y la Nueva Granada sean las mismas, porque el Imperio español que controlaba estos territorios ya no existe (aunque hay quienes dirán que la monarquía persiste).

Este argumento puede parecer muy simplista para aquellos que quieren justificar la responsabilidad de un país como Francia para recibir migrantes de territorios que pertenecieron a antiguos territorios coloniales, pero si Francia no ha colonizado territorios que hoy envían migrantes, como Libia, Turquía (antiguo Imperio Otomano) o Colombia, que no eran colonias francesas, ¿por qué debería recibirlos? De la misma manera, ¿es una república democrática responsable de las decisiones tomadas por los gobernantes monárquicos que no consultaron al «pueblo» en una elección popular general antes de decidir colonizar otro territorio? Estas preguntas muestran que la inmigración moderna es el producto de una ruptura histórica entre los estados republicanos modernos y su pasado monárquico y colonialista.

Hay quienes dirán que Francia, en su «tradición republicana» de libertad, igualdad y fraternidad, aceptó la migración laboral como «alimentando los fuegos de la industrialización» en el siglo XIX y les dio a estos trabajadores extranjeros, tanto el estado de los residentes, como la ciudadanía. (Hollifield, 2004, p.186), y que por esta razón, Francia debe acomodar a más inmigrantes para que respeten esta «tradición republicana». Pero este argumento no es histórico, ya que olvida que este movimiento migratorio ocurrió en el período particular de la revolución industrial y que, para ser aceptable, deben repetirse las mismas condiciones que le dieron lugar.

Volviendo nuestros rostros hacia los territorios de Nueva Granada y que hoy son Colombia y Venezuela, ambos con su pasado compartido durante el período colonial en la segunda mitad del siglo XVI, gobernados por una «estructura altamente centralizada» coordinada por el Rey y sus consejeros de España con el «Consejo de Indias», un cuerpo legislativo, administrativo y judicial; y por el Virrey, en la costa americana (Bushnell, 2017. P. 30). Tras la ruptura de las relaciones con el Imperio español (1781-1819), el Congreso de Angostura proclamó la unión del Virreinato de la Nueva Granada con la fundación de la República de la Gran Colombia, pero esta unión n ‘ duró hasta 1826, con una revuelta en Caracas contra el poder centralista de Bogotá. Es válido decir que esta separación entre Venezuela y Colombia era solamente a nivel Estatal y es por eso que el día de hoy conocemos a estos países como «Naciones Hermanas».

A pesar de esta separación, encontramos aquí el problema más profundo de la clasificación de Venezuela y Colombia como «naciones» y que esta definición es producto de la ideología del «nacionismo»:

“El discurso de nación tiene que cobrar forma, no para corresponder a una etapa en un desenvolvimiento teleológico de la especie humana, sino como una contingencia, una posibilidad entre otras, que hace que la vida tenga sentido en un contexto marcado por la división y el enfrentamiento. No es que las personas vivan en naciones, sino que creen que viven en naciones, dado que la nación en cuanto discurso les parece adecuada a las cosas (pero sólo hasta cierto punto, como veremos más adelante). La planteada emergencia de la nación es, más acertadamente la emergencia de una organización humana que puede ser investida de significado a través del discurso de la nación; la emergencia de este discurso puede precisarse como la respuesta a una serie de agitaciones sociales, sucesos y procesos que pusieron en entredicho las antiguas reglas y normas” (Lobo, 2009. P. 22).

El Profesor Gregory Lobo y cuestiona así el hecho de clasificar a Colombia como una «nación a pesar de sí misma», traducción al español del libro de David Bushnell, The Making of Modern Colombia: A nation in Spite of Itself (1993). Por lo tanto, calificar como «Nación» a un «Estado» que ha tenido más de ocho constituciones y está compuesta por un «pueblo» o varios «pueblos», gracias a su diversidad étnica y cultural, es una aplicación arbitraria de la «ideología nacionista”. No podemos decir que Colombia y Venezuela son «Naciones Hermanas» porque el concepto de «nación» es un producto arbitrario del discurso «nacionista» y es por eso que no podemos justificar la inmigración en esta ambigüedad que puede dar lugar a la injusticia de justificar la migración de venezolanos hacia los «resguardos indígenas», sin consultar con ellos en clara negación de su independencia y soberanía en su territorio por el error de considerarlos una parte subordinada a la «Nación» colombiana, lo que sería el caso de un colonialismo de capital para la provincia, como ha sucedido en la historia de Colombia en la cual el interior se ha visto beneficiada de la periferia.

Es éste el mayor argumento en pro de la inmigración hacia los países del norte global o del centro por parte de poblaciones provenientes del sur global o de la periferia. No obstante, para poder hacer justificable esto, como una forma de indemnización, considero que no se puede simplemente justificar en el mero hecho de que haya desigualdades económicas que pueden deberse o no a la explotación de las personas y territorios del tercer mundo, puesto que en éste caso se requeriría hacer un juicio que desvirtúe la “presunción de inocencia” de los “países del norte global” y los condene culpables de pagar indemnizaciones al tercer mundo. Es por tanto necesario preguntarnos una vez más las razones históricas de la inmigración, la validez y límites morales de las obligaciones colectivas adquiridas por los regímenes no democráticos del pasado.

Bibliografía.

Hollifield, James F. Republicanism and Immigration Control in France. DANS Cornelius, Wayne A. et al. Controlling Immigration: A Global Perspective. Stanford University Press: Stanford, 2004.

Bushnell, David. Colombia, Una nación a pesar de sí misma. Ariel: Bogotá, 2017.

Ferro, Marc. Le livre noir du colonialisme. xvie-xxie siècle: de l’extermination à la repentance. Hachette: Paris, 2003

Lobo, Gregory J. Colombia: algo diferente de una nación. Uniandes: Bogotá, 2009.

Sandel, Michael J. Justicia: ¿hacemos lo que debemos? Debate: Barcelona, 2015.

Schwarz, Henry & Ray, Sangeeta. A Companion to Postcolonial Studies. Blackwell: Oxford, 2008.

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#LosOscar’sSonTanBlancos: #FakeFigures

Si hubiera un subtítulo que dijera «Whiteness is beauty», saldrían a decir que es racista….

Partiré de una peligrosa asunción en el año actual (“Current Year”) de lo “políticamente correcto” (PC) y asumiré el género y la raza de los personajes principales del film Hidden Figures a fin de comentar el papel que la intersectionalidad que el género y la raza juegan en la discriminación en el mercado laboral. Para no arriesgarme a que los[i] feministas y LGBT, etc. me acusen de sexista u homofóbicx en las opiniones que pueda llegar a presentar, partiré de que me identifico como una mujer afroindígena lesbiana. Quien cuestione mi identidad será racisexistaheteropatriarcal.

Dos años antes de que películas como Moonlight, Fences y Hidden Figures fueran estrenadas, empezó a ganar notoriedad en las redes sociales y en los medios de los Estados Unidos el hashtag #OscarsSoWhite (#LosOscar’ssontanBlancos) para protestar la “falta de diversidad” de la 86ava entrega de los Premios Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas. Quien creó el hashtag, April Reign dice que no basta con tener un casting “diverso”, sino también con representar las experiencias particulares de los negros, de los “latinx”, evitar la “apropiación cultural” de los asiático americanos y de la comunidad isleña del pacífico y que hace falta una comedia romántica de la comunidad LGBTQIA[ii]. No obstante, el hashtag the #OscarSoWhite es tan racista como si salieran a protestar #BollywoodSoIndian por su “falta de diversidad” e “inclusión” de actores mexicanos y de producción de películas sobre los esquimales, porque al pedir más diversidad en Hollywood parten de la presunción de que no lo es y presupone que los “blancos” conforman una categoría uniforme, como si no fuesen lo “suficientemente diversos”, como si irlandeses, franceses, holandeses y alemanes no constituyeran “diversidad”. Incluso, si dijeran en realidad quién juega un papel “bastante representativo” en Hollywood, sería antisemita decirlo[iii].

La polémica detrás de #OscarsSoWhite es paralela a la historia de Hidden Figures, dirigido por Theodore Melfi (¡me encanta la diversidad aquí!) y producido por una amiga de Harvey Winstein[iv] (¡un “verdadero feminista” y “demócrata”!), cuenta la “historia” de tres “mujeres” “negras” (no se puede asumir el género ni la raza en éstos días) que trabajaron en la NASA 1961 luchando por la igualdad de derechos tanto como “mujeres” como “negras”. La película nos dice al comienzo que está «basada en hechos reales» y las tres “mujeres”, lx “matemáticx” Katherine Johnson, lx “programadorx” de computadoras Dorothy Vaughan y lx “ingenierx” Mary Jackson, realmente existieron. No obstante, no es del todo claro si algunas de las luchas y logros representados realmente sucedieron históricamente, o si son sólo revisionismo histórico (ni se hable de otros tipos de revisionismo censurable y antisemita). La moraleja de la película, sin embargo, es bastante clara: tres “mujeres negras” desconocidas desempeñaron un papel esencial en el programa espacial de EE.UU. No se diga nada de Jack Creenshaw[v], el científico que realizó los cálculos que se le acreditan a las “Figuras Ocultas”; ni del científico alemán Arthur Rudoplh, el científico “Nazi”[vi] que diseñó el Saturn V que hizo posible el programa espacial que llevó a Glenn alrededor de la órbita.

Para empezar con las inconsistencias, la elección de Taraji P. Nelson en el papel de Katherine Johnson no es del todo consistente, teniendo en cuenta que la “científicx” de 96 años de edad es una “mujer” “negra” de ojos claros y piel clara. Si se hiciera un filme acerca de la vida de Martin Luther King con un actor tan “oscuro” como por ejemplo Robert Downey Jr. –sin maquillaje ni cgi, por cierto–, se diría en los medios y en las redes sociales que se está intentando “blanquear” (whitewash) la historia. Otras inconsistencias radican en que varios de los sucesos realmente no sucedieron y varios de los personajes y antagonistas no existieron (por ejemplo, aquellos representados por Jim Parsons y Kirsten Dunst), lo que mina la credibilidad del filme como una pieza “basada en hechos reales”, cuando está basada en una novela que no había sido siquiera terminada al momento de la producción del filme. Incluso la verdadera protagonista afirmó en una entrevista que no sintió la segregación en la NASA[vii].

A pesar de las inconsistencias del filme, las normas de la segregación racial en los Estados Unidos sí fueron muy ciertas –baños separados, fuentes para “blancos” y “coloreados”, tener que irse atrás en el bus, etc– se representa en el filme una sociedad en la que los “negros” como una comunidad de personas que vivían mayoritariamente en casas de clase media, con comunidades y familias casi intactas. Algo bastante diferente de la realidad actual que #BLM “protesta”, en la que una “minoría” es perseguida, marginalizada y condenada. ¿Qué pasó después de la Ley de Derechos Civiles de 1964?

Thomas Sowell, en su libro de 2004 Affirmative Action Around the World: An Empirical Study (La Acción Afirmativa en el Mundo: un Estudio Empírico), afirma que los programas de acciones afirmativas, especialmente las cuotas por inclusión de “afroamericanos” en los Estados Unidos no han funcionado en compensar las “injusticias y malos tratos sufridos por los negros en los Estados Unidos” y quien afirma que,

It cannot simply be assumed that blacks would have had the same incomes as whites in the absence of racial discrimination, given that various groups of American whites have had very different incomes from one another at various periods of history. In addition, a number of non-white groups in the United States— Chinese, Japanese, Asian Indians, and black Barbadians—have had higher incomes than white Americans” (Sowell 2004, p. 118).

En cuanto a la cuestión del acceso de los “negros” a la educación –retratada en la en el caso que el personaje de Mary Jackson llevó ante el Juez para ser aceptada en una Universidad “de blancos”–, Sowell dice que las meras diferencias cuantitativas no son el único criterio de discriminación y que muchos negros empezaron a tener mayor acceso en décadas antecedentes a la ley de derechos civiles debido a cambios económicos. Si es discriminación el que haya más “hombres blancos protestantes y heterosexuales” en una Universidad, en una mesa directiva o en la NASA de Hidden Figures, ¿hay acaso discriminación cuando la NBA no incluye ninguna “mujer trans con parálisis” y que mida 1.48 m? Responderán algunos que el que la NBA esté compuesta principalmente de “hombres negros” se debe a que el sistema racista los ve únicamente como “cuerpos”[viii].

El filme se cruza con otro “vector de discriminación” y éste es el del género. En Hidden Figures se ve  cómo las “computadoras” son relegadas a cargos secundarios mientras que los “hombres blancos” son quienes asisten a las reuniones a “llevarse los laureles” del trabajo de las discriminadas “computadoras”. Hoy en día se ha logrado mayor representación femenina en el mercado laboral, pero sigue manteniéndose la polémica por la “brecha de género” (wage gap) y el “techo de cristal” (glass ceiling).

Christina Hoff-Sommers en su libro de 1994 Who Stole Feminism?: How Women Have Betrayed Women, afirma que el feminismo le ha mentido a las mujeres en temas como el wage gap (la brecha salarial):

“What of the remaining gap between male and female earnings? For the gender feminists, the answer is simple: the wage gap is the result of discrimination against women. But in fact, serious economics scholars who are trained to interpret these data (including many eminent female economists) point out that most of the differences in earnings reflect such prosaic matters as shorter work weeks and lesser workplace experience. For example, the average work week for full-time, year-round females is shorter than for males. When economists compare men’s and women’s hourly earnings instead of their yearly earnings, the wage gap narrows even more” (Hoff Sommers 1994, p. 240)

De hecho Warren Farrel en su libro de 2005 Why Men Earn More? (¿Por qué los hombres ganan más?) identifica 25 variables que influyen en que se presente una brecha salarial de género entre hombres y mujeres. Todo esto nos lleva a pensar, tal vez, que el patriarcado heterosexista falo opresor no es la única explicación detrás de por qué se presentan diferencias salariales o de por qué unos géneros escogen unas profesiones y otros otras. No quiero recordar el “argumento” que dice que si las “mujeres” reciben un menor salario por un mismo trabajo que el de los “hombres”, las “ultracapitalistas” empresas sólo las contratarían a ellas para ahorrarse unos centavos; ni quiero citar lo que dijo Camille Paglia, feminista con cierto grado de notoriedad en los Estados Unidos: “If civilization had been left in female hands, we would still be living in grass huts.” (Paglia 2001, p. 38). Además, si hay “brecha de género”, ¿cuál es la brecha de género entre todas las diferentes gradientes y expresiones trans? ¿Cómo podemos asumir que todos los “hombres” en las grandes esferas del poder político y económico se identifican como tal?

Sea lo que sea, basta recordar que la película Hidden Figures es una pieza de fina historia que no se puede cuestionar en ninguna forma del mismo modo en que no se pueden cuestionar las políticas de diversidad de una empresa como Google, porque en lugar de generarse un debate se debe recurrir directamente a la censura y no al debate o a la educación de quienes osen cuestionar el mantra de las políticas de diversidad. Eso es inaceptable.

Bibliografía.

Farrell, Warren. (1993). The Myth of Male Power: Why Men Are the Disposable Sex. N.Y.: Simon & Schuster.

Farrell, Warren. (2005) Why Men Earn More: The Startling Truth Behind the Pay Gap and What Women Can Do About It. NY: Amacom.

Hoff Sommers, Christina. (1994) Who Stole Feminism?: How Women Have Betrayed Women. New York: Simon & Schuster.

Paglia, Camille. (2001) Sexual Personae: Art and Decadence From Nefertiti to Emily Dickinson. Yale University Press.

Sowell, Thomas (2004). Affirmative Action around the World: An Empirical Study. New Haven: Yale University Press.

[i] Sí, utilizo el neutro “Lo” para que luego no me acusen de “transfóbicx” por asumir su género.

[ii] “Okay, so there wasn’t a slew of men and women of color. There [were] a lot of black people and Dev Patel. This is one of the issues I am dealing with on a regular basis. People say we got all these “diverse” nominees now, so #OscarsSoWhite must be done. But we don’t. We have films that reflect the black experience, but there weren’t any films that reflect the Latinx experience. We have cultural appropriation of the Asian-American and Pacific Islander community. I’m still waiting on [a] romantic comedy from the LGBTQIA community. There’s still a lot of work to be done.” Tomado de Opam, Kwame. The Verge. (2017). #OscarsSoWhite creator April Reign: ‘There’s still a lot of work to be done’. [online] Available at: https://www.theverge.com/2017/2/3/14490632/academy-awards-2017-oscars-so-white-april-reign-diversity-interview [Accessed 2 Nov. 2017].

[iii] Benjy, Cannon. haaretz.com. (2016). The Oscars are so white, and the Jews are so silent. [online] Available at: https://www.haaretz.com/jewish/the-jewish-thinker/.premium-1.704913 [Accessed 2 Nov. 2017].

[iv] The Hollywood Reporter. (2017). ‘Hidden Figures’ Producer on Working With Harvey Weinstein (Twice!) and Her Next Project. [online] Available at: http://www.hollywoodreporter.com/news/hidden-figures-producer-working-harvey-weinstein-twice-her-next-project-960651 [Accessed 2 Nov. 2017].

[v] http://www.spaceflightinsider.com/space-flight-history/richard-crenshaw-space-pioneer-never-heard/

[vi] http://www.nytimes.com/2010/11/14/us/14nazis.html?partner=rss&emc=rss&_r=0

[vii] Hidden Figures Movie vs the True Story of Katherine Johnson, NASA. (n.d.). Retrieved November 02, 2017, from http://www.historyvshollywood.com/reelfaces/hidden-figures/

[viii] Essig, T. (2014, September 22). Unconscious Racial Bias: From Ferguson To The NBA To You. Retrieved November 02, 2017, from https://www.forbes.com/sites/toddessig/2014/09/21/racism-from-ferguson-to-the-nba-to-you/#3188f7335b54

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