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Reflexión sobre Señorita María: La Falda de la Montaña

“Mi Dios ha hecho de todo: feos, bonitos, pero pa’ Él todo es bonito. Pa’ mi Dios, somos iguales. Es una belleza tanto para mi Dios y para la humanidad“. Con esta frase de Maria Luisa Fuentes Burgos, protagonista del documental Señorita María: La Falda de la Montaña (2017) del Director Rubén Mendoza, introduce el trailer de un film que muestra un fragmento de su vida o de la vida del personaje de la Señorita María en una vereda cualquiera de un pueblo de la Colombia que no importa, pero que los del interior llamamos “el campo” y del que nos acordamos cada que vamos, de vez en cuando, los fines de semana o a chismosear cómo son las fiestas de semana santa en tal y cual pueblito.

De esa frase, subyace una idea de dignidad que creo que en el film se le dio a la protagonista, aunque de quien supe de varias entrevistas estaba prevenida desde un comienzo a realizarla (Galindo, 2017). Lamentablemente, según una nota de Noticias UNO (más popular por estos días) que me cuesta aún creer, “tuvo que salir desplazada de su tierra tras los ataques y amenazas que, según ella y su esposo Richard Varela, han recibido de parte de la productora, Amanda Sarmiento, y del director de la historia, Rubén Mendoza. Al parecer, la molestia de los cineastas se presenta, “al no poder seguir explotando la imagen de ella”, según denuncian” (Aldana, 2018). No sé y me niego a creer que esas acusaciones sean verdad; presumo la inocencia del acusado hasta cuando no se demuestre lo contrario (Mendoza, 2018).

Volviendo a la frase con la que empecé esta reflexión, veo en ella una idea de amor no de Dios hacia nosotros, sino de la Señorita María a los demás, que coincide con la idea de la igualdad y la dignidad humanas, recogida en las constituciones y tratados de derechos humanos ratificados por el Estado. En un aparte que me gusta de Fernando Savater en su libro Ética de Urgencia, se refleja este sentimiento de amor y se desprende una idea de aceptación de la Señorita María del mundo que la rodea, así este mundo hable a sus espaldas o le chifle cuando pasa:

“Filósofos muy finos como Spinoza hablan del amor de Dios, pero hay que entender la expresión como una aceptación del Universo tal y como es. Existe un amor hacia la totalidad de las cosas que existen que equivale a una afirmación, equivale a decir «sí» a lo que hay, a renunciar al antagonismo perpetuo con lo que hay, aunque después sigamos luchando por reformar los aspectos que más nos disgustan.

El amor que nosotros conocemos es aquel que sentimos por otros seres humanos y por algunos seres vivos. Es un amor que está marcado por la preocupación de conservar a la persona que quieres, que no se nos vaya, que no desaparezca. El amor es querer que alguien siga existiendo, por eso no se puede amar a un ser indestructible. De manera que en un sentido literal no entiendo la expresión «amor a Dios». Dios es precisamente nuestra idea de lo eterno, no se puede ir, ni lo podemos perder. Por eso a Dios no le podemos amar, como no se puede amar al Everest, te puede gustar, pero es absurdo amarlo, porque va a seguir allí cuando tú mueras. (Savater, 2012 p. 138-139)”

Como en una tragedia griega, los rumores del pueblo que discriminaba a la Señorita María (porque eso ya no se da tanto como antes, aparentemente gracias al Documental, lo que es comendable en sí) actúan como las voces del coro y del corifeo que advierten la profecía que determina la tragedia del héroe: en Edipo Rex era dizque Edipo mataría a su madre y preñaría a su madre; en Señorita María las lenguas, esas de gente “que ya murió”, dicen o solían decir que Maria Luisa no es hija/o de Doña Patrocinia Burgos, sino de sus tíos y a la vez hermanos entre sí, Gratiniano y María Jesús y que por eso había salido “así, con cachitos y colita” (un decir un poco garciamarquiano en Cien Años de Soledad) o con “el demonio dentro”, pero que son más eufemismos de un pasado recurrente en un dolor presente: el abandono de los padres biológicos a los que resiente y maldijo; ser encerrada en la cocina y en las tareas del hogar por su mamá (abuela); el no haber concluido el estudio porque no pudieron, quisieron ni dieron cómo tratarle los ataques epilépticos; o el tratarle ese “problemita”, como dicen, de que se ponga falda de mujer y para el cual se ha dicho en el pasado “que lo pañen entre unos dos o tres y le alcen las enaguas y le metan una tanda de juete” (al menos esto se quedó solo en palabras, lo que no obsta que esté mal).

Toda esta comparación rebuscada de mi parte con las tragedias griegas y las profecías de las que muchas parten tiene un propósito: poner en nuestro propio contexto el debate eterno de la Naturaleza vs. La Crianza (Nature vs. Nurture): si la Señorita María ha elegido vestirse así con faldas (dentro de un estereotipo cultural de lo considerado como “femenino”), afeitarse y comportarse como “mujer” es, por tanto o en parte, responsable de las consecuencias y rechazos de los otros a su elección de vida; o si por el contrario viene ella determinada y no tiene ninguna elección en las cosas negativas que le han pasado, porque ‘nació así’ y así seguirá siendo. Al mismo tiempo, se puede tener la mirada inversa sobre la comunidad que la rodea y la discrimina: ellos que se inventan rumores y la discriminan, nacieron en una sociedad discriminadora, conservadora, hiperreligiosa, etc y otros adjetivos que puedan describir un municipio o vereda de cualquier departamento de nuestro país que se resiste a cambiar, como nosotros, como yo; o si es por el contrario la elección de personas racionales el discriminar a Maria Luisa.

La cuestión de la voluntariedad o la involuntariedad de la identidad de género de la Señorita María no es tan fácil, lo que lo hace una cuestión filosófica, como por lo general lo son las preguntas difíciles. Aristóteles en su Ética Nicomáquea, dice que la conducta moral debe evitar el vicio, la incontinencia y la brutalidad: una forma de incontinencia es la “molicie o afeminamiento” (Aristóteles, s/f, p. 151). No creo que el rostro de Maria Luisa aparezca en el diccionario cuando se escriba en el navegador “del.rae.es/molicie”, porque ella es todo lo contrario a la definición de “molicie Del lat. mollities. 1. f. Blandura de las cosas al tacto. 2. f. Abandono invencible al placer de los sentidos o a una grata pereza.”. La Señorita María es un personaje que se nos muestra y se nos dice por parte de los entrevistados en el documental que ella madruga, trabaja con denuedo la tierra, desgrana maíz, blande con fuerza un hacha o un azadón y trata con ternura a los animales. Tampoco se puede decir que se dé a los “goces del cuerpo”, como los nombra Aristóteles, porque ella se muestra trabajando todo el tiempo y pendiente de ir a la iglesia, en sus palabras “como una persona corriente”. Aunque tenga en la actualidad un esposo, que no me trae mucha confianza (ver cita de Noticias UNO), desconozco ni me incumbe su intimidad.

Es recurrente en Aristóteles la cuestión del conocimiento y del desconocimiento de las personas que llevan a cabo sus actos, sean estos virtuosos, injustos, viciosos, incontinentes o bestiales. Así, Aristóteles diferencia el desenfrenado del incontinente en que “el desenfrenado es impelido a obrar por deliberada elección, juzgando que debe perseguirse siempre el placer inmediato, mientras que el incontinente no piensa así y con todo lo persigue”(Aristóteles, s/f p. 155)., lo que diferencia al desenfrenado como alguien que busca excesivamente los placeres en general, sabiendo que no es virtuoso; y el incontinente lo hace sólo respecto de algunas cosas. A pesar de que un entrevistado haya dicho que “es comprobado” que la Señorita María ha tenido varios novios a los que les presta dinero y la dejan sin plata, ella demuestra control de sus impulsos, como cuando frente a una proposición de tener sexo a cambio de dinero, recuerda que ella tiene una idea de que la respetabilidad viene de no vender su cuerpo por plata, porque ella es una mujer seria:

“Un tipo sí me dijo que el sexo, que si vamos a hacer sexo, que cuanto quiere, que cuánto le doy y hacemos el sexo, para hacerla más mujer de lo que es. Pero aunque nunca lo haya hecho, le dije: “no, no estoy preparada pa’ eso”. Le dije: “no, yo soy una mujer seria, yo también conozco la plata, yo la conozco, yo la he tenido en mi bolsillo, pero yo no voy a vender mi cuerpo por plata”.

Aristóteles distingue entre los placeres deseables por naturaleza (necesarios al cuerpo como el alimento y el comercio sexual), otros intermedios (las riquezas, la ganancia, la victoria y el honor) y otros bestiales, producto de la enfermedad, la locura (p. ej. canibalismo, comer carne cruda) o la costumbre:

“Otros estados mórbidos hay que provienen de la costumbre, tales como arrancarse los cabellos, roerse las uñas, comer carbón y tierra, a todo lo cual hay que añadir el comercio sexual entere los machos. En unos se presentan estas cosas por naturaleza, en otros por costumbre, como los que han sido violados desde niños.” (Aristóteles, s/f p. 161)

Retomando la trágica profecía griega de Edipo y la tragedia de sus hijos frutos del incesto en Antígona, se trae una noción de profecía o de herencia que los rumores atribuyen ha afectado también a la Señorita María en que se haya dicho que había nacido con “cachitos y colita” o en que según Doña Tránsito y otros ella tuviera un “espíritu malo” cuando le daban los ataques epilépticos en la infancia, puede ser que también tenga que ver que desde la infancia su madre/abuela le pusiera “vestiditos” y le hiciera “trencitas”. Esto puede resultar un poco, paradójico, viniendo de Maria Luisa Fuentes, de alguien que dice ser feliz siendo una “mujer completa”, si se tiene en cuenta su respuesta en una entrevista en Youtube en la que le preguntaron qué piensa de “los chicos que se visten de niña”:

“Pues para mí yo digo que eso sí no, pues en ese caso a mí no me agrada, (…) pero como cada cual respeta su opinión que tenga. Uno tiene que respetar la opinión que tenga la persona. (…) Porque uno no puede juzgar a otra persona, porque el único que juzga a otra persona es el que está arriba, que es mi diosito” (“Señorita María: ¿su vida ahora será una novela de RCN? – YouTube”, 2017 Minuto 6:08 – 6:56)[1]

Recuerdo una vez más (válgase la redundancia) que la Señorita María es un personaje, del mismo modo en que todos somos personajes en el mundo social. De hecho, leí una vez por ahí que “persona” viene del griego para “máscara” (como las máscaras usadas en las tragedias) y cómo “personaje” debe venir de “persona”, de modo que las personas somos como actores con máscaras. Volviendo al grano debe haber una relación ahí para decir lo que quiero decir en este párrafo: la persona de la Señorita María se construye tanto a través de su representación en pantalla, como en su representación como palabra. La Señorita María es a Maria Luisa Fuentes como la palabra es al concepto porque, si bien Señorita María puede estar bien interpretada por Maria Luisa con falda (de la montaña) y todo, no es exactamente ella. Paralelamente, un mismo concepto tiene distintas palabras para traducirlo de la mente a las palabras, –o en algunos casos ninguno, como sucede entre algunos idiomas[2] o frente a conceptos que todavía no hemos descubierto–. De modo análogo, muchas veces a Maria Luisa se refieren los otros con los pronombres de “ella” o “él”, incluso en una misma frase dicha por un mismo personaje entrevistado: “Yo la conocí en un paseo en el alto del Guamal … y sí, el hombre trabaja” [negritas son mías].

Pues … Maria Luisa ya se sacó la cédula, esto significa que según la Constitución Política su identidad es “legítima” frente al resto de la sociedad y con esta identidad puede desenvolverse en sociedad como una persona que decide como mayor de edad respecto de su vida y como ciudadana ante su Municipio, su Departamento y su País o Nación (hay quienes sospechamos todavía de esta última palabra). En otra época yo hubiera cuestionado los pronombres con los que elige llamarse, prefiriendo escribir esta reflexión lo más impersonal posible y evitando en todo caso refiriéndome a ella como “ella”. Habría dicho que el que la llamen de “ella” o de “él” es más una cuestión del cirujano, del maquillaje, del vestuario, del tratamiento hormonal o del nivel de alcohol de la noche. Ahora, simplemente acepto los pronombres como quiera ser nombrada. Si alguien me dice que es una mujer o un hombre, por más que no tenga una imagen estereotípica de mujer u hombre para mí, presumo que lo que me dice es verdad y por decencia básica no me pondré a mirarle qué genitales tiene debajo de la falda o del pantalón, simplemente le creo a esa persona y le trato con el mismo respeto que una persona merece.

Del mismo modo, si yo un día decidiera cambiar mi nombre o el género en mi cédula, lo que no es tan difícil de hacer en una Notaría (quien quiera hacerlo, contácteme y le asesoro), –sin siquiera tener que recurrir a vestirme de un modo estereotípico a otro género, ni a tratamientos hormonales o quirúrgicos–, quisiera que se me reconociera y se me respetara como tal, teniendo por tanto los derechos que ello implica, y quien me niegue, por ejemplo mi derecho fundamental a pensionarme, –como pasó en Argentina, por ejemplo (Bermúdez, 2018)– o a acceder a alguna ley de cuotas de género, me discrimina al dudar de la legitimidad de mi identidad de género y darme un trato diferenciado. No obstante, protesto contra la imposición legal que se ha pretendido hacer en otras legislaciones, como la Canadiense que Jordan Peterson (no en mucho concuerdo con él) protestó (Murphy, 2016), en la que si uno llama a una persona con el pronombre equivocado, automáticamente eso es discriminación y por tanto debe pagar una penalización, porque considero que esa sería una imposición legal exagerada sobre el uso que le damos al lenguaje y tendría que verse cómo sería aplicada para no limitar excesivamente el derecho a la libertad de expresión de unos, ni el derecho a la igualdad y a la no discriminación de otros.

¿Cómo nombro a algo o a alguien cuyo género gramatical no me resulta tan claro al primer encuentro o a simple vista? ¿Es alguien que me dice que es una mujer una mujer? ¿Le creo lo que me dice y le llamo como quiere que le diga? ¿Basta con que alguien se ponga falda y tenga pelo largo para ser una mujer? ¿Qué es una mujer? ¿Cómo podría probar que no es quien dice que es? ¿Por qué alguien querría mentir y someterse a discriminaciones diciendo que es una mujer? ¿Si alguien dice ser de otra raza a la que aparenta estereotípicamente, le creo? ¿Existe la raza? ¿Puede haber personas “transraciales” o “transétnicas”? ¿Qué hay de la edad? ¿Es verosímil que alguien sienta que está en el cuerpo, con la nacionalidad, el género y la edad incorrecta? ¿Si el patriarcado existe y oprime a las mujeres, por qué alguien que tiene apariencia estereotípica de hombre y goza de privilegios masculinos querría identificarse como una mujer oprimida por el patriarcado? ¿No supondría eso una pérdida de privilegios o sería un ejercicio de su poder patriarcal el apropiarse de la identidad de género femenina?

 

Bibliografía.

Aldana, A. (2018, noviembre 2). El drama de la “Señorita María”. Noticias UNO. Recuperado a partir de https://canal1.com.co/noticias/nacional/el-drama-de-la-senorita-maria/

Aristóteles. (s/f). Ética Nicomaquea (1987a ed.). Ediciones Universales.

Bermúdez, I. (2018, julio 3). Un hombre cambió de género a los 59 años y la ANSeS le dio la jubilación a los 60 – 03/07/2018 – Clarín.com. Recuperado a partir de https://www.clarin.com/sociedad/cambio-genero-ano-jubiliacion-anses-otorgo_0_rylAEwYGQ.html

Galindo, L. (2017, diciembre 8). Señorita María, la falda de la montaña – Cerosetenta. 070. Recuperado a partir de https://cerosetenta.uniandes.edu.co/senorita-maria-la-falda-de-la-montana/

Mendoza, R. (2018, noviembre 15). Yamit Amad, evasor de impuestos, le presento a mi tía Dulce – ELESPECTADOR.COM. Recuperado a partir de https://www.elespectador.com/opinion/yamit-amad-evasor-de-impuestos-le-presento-mi-tia-dulce-columna-823843

Murphy, J. (2016). Toronto professor Jordan Peterson takes on gender-neutral pronouns – BBC News. Recuperado el 15 de septiembre de 2019, a partir de https://www.bbc.com/news/world-us-canada-37875695

Savater, F. (2012). Ética de Urgencia. Editorial Planeta, SA. Recuperado a partir de https://docs.google.com/file/d/0B6l5-ny7Km7SOWxoa1

Señorita María: ¿su vida ahora será una novela de RCN? – YouTube. (2017). Recuperado el 15 de septiembre de 2019, a partir de https://www.youtube.com/watch?v=juKRyQCAO64

 

[1] Me hubiera gustado que hubiera expandido su respuesta o que le hubieran preguntado por qué o qué piensa de la educación sexual o de las marchas del orgullo en las que hay niños o que haya niños que dicen ser trans y que se sometan a tratamientos hormonales y quirúrgicos de cambio de sexo.

[2] “La tribu africana de los masai utiliza la misma palabra para decir «Dios» y «no sé», pues a mí me pasa un poco lo mismo, para todo lo que se refiere a Dios soy un poco masai.” (Savater, 2012 p. 141)

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Reseña: “No te mueras sin decirme a dónde vas”

Lista de Reproducción con partes 1-9

SINOPSIS[1]:

“No te mueras sin decirme a dónde vas”, del aclamado cineasta y filósofo argentino Eliseo Subiela (“El lado oscuro del corazón”, “Hombre mirando al sudeste”, “Despabílate amor”, etc) relata la historia de Leopoldo, un humilde empleado de una sala de cine de barrio, pero con grandes dotes de científico. Leopoldo logra inventar un increíble recolector de sueños, un aparato que registra los sueños en los que encontrará de manera reiterada una hermosa mujer que al parecer corresponde a la mujer de sus sueños y que, al parecer, es alguien conocida.

Ese inesperado encuentro le permitirá a Leopoldo acceder a otra dimensión, a una paralela a “la realidad” a lo habitual que lo impulsará a cuestionarse acerca del sentido de la ciencia de la realidad, de la verdad, de la vida, de la relación con su esposa y con su propia existencia.

Premiada en el festival de Stitiges y en el Festival de Montreal, “No te muera sin decirme a dónde vas” es una magistral obra que se puede constituir en un buen pretexto para preguntarnos por los límites entre la realidad y la irrealidad, entre lo humano y lo inhumano, entre la ciencia y el arte, entre la vida y la muerte, y por otros temas relacionados con el sentido de la existencia humana.

FICHA TÉCNICA:

Dirección: Eliseo Subiela (Buenos Aires, 1944)

Protagonistas: Darío Grandinetti (Leopoldo), Mariana Arias (Rachel), Oscar Martínez (Oscar)

País: Argentina.

Año: 1995   Duración: 120 min.

PREGUNTAS DE ANÁLISIS[2]:

1. ¿Por qué el título de la película? En otras palabras: ¿Cuál es la relación que existe entre el título de la película y el contenido de la misma?

Al morir, los espíritus se dirigen hacia “una luz” ubicada “al final del túnel” que los conduce al cielo o que los lleva de nuevo a la vida: a reencarnar. Rachel, un espíritu, buscando el espíritu de William, su amante eterno, se ha extraviado en este “túnel” por lo que ella regresa al mundo material en su búsqueda y por su miedo a nacer para no “sufrir”.

Leopoldo, un proyeccionista de cine e inventor es la verdadera reencarnación de William. Él tiene sueños recurrentes con una mujer que pudo haber amado en el pasado; él ve a Rachel y siente que quiere encontrarse con ella.

Leopoldo con su “recolector de sueños” puede ver a su amada, con quien se encuentra un día: Él está vivo y ella es un espíritu.

Desde este reencuentro, el amor entre Leopoldo (“reencarnación” de William”) y Rachel va aflorando de lo más profundo de sus espíritus. Sienten la necesidad de tocarse, de besarse y de sentirse: cuando lo logran, Rachel vence su miedo a vivir, pero sin antes despedirse de Leopoldo expresándole lo que sintió cuando se perdieron el uno al otro en el “túnel” diciéndole: “No te mueras sin decirme a dónde vas”.

2. ¿Cómo explicar que se fortalezca la relación de Leopoldo con su esposa, luego de “ponerle los cachos” con una mujer ideal? ¿Acaso no se trata de algo absurdo?

Leopoldo no es soltero, está casado con Susana, quien lo entiende de a ratos pero por quien siente un profundo cariño a pesar de que ella sea infértil. La pareja tiene sus discusione, más que todo, por el “proyector de sueños”, que insume mucho tiempo de Leopoldo y le causa los reproches de Susana quien le exige atención y cariño.

Desde que Leopoldo empezó a soñar con Rachel, y desde que la “proyectó” en su invento, empezó a verla, a hablar y a enamorarse de ella, mostrando frialdad hacia Susana.

Este enamoramiento por Rachel, al comienzo volvió distraído a Leopoldo, pero después se manifestó como un fortalecimiento de los lazos matrimoniales entre Leopoldo y Susana. Puede que el matrimonio haya necesitado un respiro o su ausencia para disipar muchas dudas y para fortalecer el amor al extrañarse. “La ausencia reduce las pasiones pequeñas e intensifica las grandes, así como el viento apaga una vela y aviva el fuego”[3].

3. ¿Qué aspectos o facetas de la vida de Leopoldo entran en crisis o cambian a raíz de su relación con Raquel? ¿Por qué entran en crisis o cambian?

Cuando Leopoldo se aísla de su familia y de los demás por “estar hablando solo”, se empieza a correr el rumor de que está “loco” y que necesita atención siquiátrica. Esto afecta su vida personal con Susana y acelera la clausura del Cine donde trabaja. Pero su “distracción” o su enamoramiento por Rachel, no lo hacen infeliz sino por el contrario, hacen de él alguien más feliz, quien va a encontrar soluciones para sus diferencias con su esposa.

4. ¿Cómo entender que sea Carlitos (“un conjunto de latas”), además de Leopoldo, el único “ser” capaz de detectar la presencia de un “espíritu”: Raquel? ¿Existe quizá algunarelación especial entre Leopoldo y Carlitos o los dos tienen alguna habilidad exclusiva para que sean capaces de percibir a Raquel?

Otro personaje, aún sin nombrar, es Carlitos: “un conjunto de latas”, que fue inventado por Oscar, el mejor amigo de Leopoldo. Él, al igual que Leopoldo y su “matica”, puede percibir la presencia de Rachel e interactuar con ella dentro de los parámetros posibles por su programación.

Carlitos es muchas veces el personaje que mejora el ambiente de tensión e incertidumbre que se muestra en la trama del film. Este “conjunto de latas” es la parte cómica que hace que los demás se enternezcan y estén en contacto con sus emociones. Siempre logra esto, con un apunte chistoso y muy “argentino” al tiempo.

5. ¿Qué pasa con los límites entre la realidad y la ficción, según lo que nos muestra la película?

No te mueras sin decirme a dónde vas, muestra una línea muy delgada entre la fantasía y la realidad. Entre el “recolector de sueños” y la cotidianeidad de los personajes.

Muestra que la “vida es como un filme, donde Dios es el proyeccionis


[1] Sinopsis escrita por el Docente y Filósofo Álvaro Iván Amézquita Castañeda.

[2] Preguntas de Análisis formuladas por el Docente y Filósofo Álvaro Iván Amézquita Castañeda.

[3] La Rochefoucauld. (1613-1680).

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Feliz día de la Mujer // Happy Women’s Day

Via http://manhood101.com/forum/

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de | marzo 8, 2014 · 3:21 pm

Los Efectos de la Emasculación (Subtitulados en Español)

El feminismo funciona como una doctrina dogmática cuyo objetivo es redefinir el concepto de lo que es «masculinidad». Bajo su visión moralista, su «educación» y sus «teorías de género» los hombres debemos ser reeducados para convertirnos en pusilánimes incapaces de cuestionar su probidad, y así convertirnos en esclavos dispuestos a soportar sin oposición alguna, violencia, insultos, ridículos y humillaciones.

En este video verán lo que provoca todo ello y cómo muchos hombres ya han aceptado sus imposiciones ideológicas.

Este video fue traducido por el compañero TM y un servidor (Káiser).

Cómo los hombres se han vuelto emasculados por causa de la dictadura del feminismo. No termines como estos hombres.

Videos originales de Manhood101.com

Agradecimientos a Macho Cabrón 

http://elmachismo.com/

Toma la Píldora Roja:

La Burbuja de la Misandria

Jack Donovan’s No Man’s Land — No es tierra de Hombres (Traducción)

El Caso en contra de la Autoestima Femenina por @realmattforney

Los Dieciséis Mandamientos por @heartiste

«Todo lo que sé de las mujeres» por @rooshv

Una carta sobre sexo, mujeres y matrimonio: A mi hijo en su vigesimoprimer cumpleaños

Cinco nobles verdades sobre la atracción y las citas (traducción)

El Eterno Solipsismo de la Mente Femenina

100 Citas Célebres sobre Mujeres (traducidas al Español)

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de | enero 1, 2014 · 12:00 am

Sabiduría de Hogan (Clint Eastwood)

Sara: You make very good coffee.

Hogan: A man on his own has to take care of himself.

Sara: So you’re not married?

Hogan: Nope.

Sara: Ever been?

Hogan: Nope.

Sara: Want to be?

Hogan: Nope.

Sara: Don’t you want a woman of your own?

Hogan: What for?

Sara: Share your name, bear your children, be a companion?

Hogan: To ask me to quit drinkin’, quit gamblin’, save my money and to bitch about her aches and pains? No, thanks.

via Dos mulas y una mujer (1970) – Quotes – IMDb.

Sara. Así que no estás casado.

Hogan: Nop

Sara: ¿Lo has estado?

Hogan: Nop

Sara: ¿Querrías estarlo?

(Hogan hace silencio y la mira)

Hogan: NOPE

Sara: ¿No quieres tener una mujer?

Hogan: ¿Para qué?

Sara: Para que comparta tu apellido, crie tus hijos, sea una compañía.

Hogan: ¿Para que me pida que deje de fumar? ¿Que deje de apostas y que empiece a ahorrar mi dinero? ¿Y para que se queje de sus dolores y males todo el día? ¡No, gracias!

Sara: Debe ser una vida muy solitaria.

Hogan: Es una gran vida. Las mujeres que quiero cuando las quiero y ninguna con el apellido Hogan.

LIKE A BOSS HOGAN

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2 Pac’s Transformation: From Pussy to Man

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